Hasta hace 4 años, Penelles era un pueblo de menos de 500 habitantes en la provincia de Lleida. Se podía decir que formaba parte de esa “España vacía”, la España rural despoblada y sin futuro porque desde los años 70′ el éxodo la condenaba a desaparecer.
Pero a aquella falta de oportunidades le ha llegado un balón de oxígeno. Un grupo local de diseñadores gráficos visitó Río de Janeiro y, al ver las pinturas urbanas de algunas áreas de la ciudad brasileña, se plantearon “importar” el modelo.
Así se comenzó a formar un equipo que cada año propone un concurso para artistas urbanos en busca de pared, fachada o mural. Y Penelles se ha ido convirtiendo en un paseo peculiar que combina el “street art” enimentemente urbano con la temática rural.
El certamen que se convoca se llama GarGar Festival, en honor al sonido gutural de un ave de la zona. Los organizadores (la empresa bynomic.cat, el ayuntamiento de Penelles y la diputación de Lleida) seleccionaron para la cuarta edición, la de 2019, 24 creadores escogidos entre 242 propuestas de todo el mundo. En total, una superficie de 900 metros cuadrados que desde el fin de semana del 3, 4 y 5 de mayo está ya integrada en el mundo del arte urbano.
Miles de turistas cada fin de semana
Con esta propuesta, Penelles se ha renovado sin perder la identidad. Sus vecinos siguen dedicándose a la agricultura, pero algunos jóvenes han visto oportunidades de trabajo quedándose en el pueblo porque cada fin de semana hay riadas de personas que visitan las obras de arte callejero y, de esta manera, se han generado negocios de atención al turista, desde bares hasta zona de juegos para niños.
Entre las piezas de “street art” pueden verse diferentes estilos, desde el hiperrealismo o la técnica del stencil que da un carácter casi fotográfico a la imagen hasta el más puro grafiti, y desde el blanco y negro a los colores puros. Los artistas proceden de los cinco continentes.
Penelles ofrece, además, la visita a la actual iglesia y a la antigua, que es de estilo románico y desde este año es centro cultural. A pocos kilómetros se encuentra el lago de Ivars d’Urgell (parque natural) y las bodegas del Castell del Remei, que son visitables.
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