Neomonachus tropicalis (también Monachus tropicalis) o más sencillamente foca monje del Caribe. Según diversas reseñas, los marineros al ver este tipo de focas descansando en las playas los pliegues de grasa en la cabeza –además de su color café- solían ser asociarlas con los capuchones de los monjes.
Caracterizadas por tener un cuerpo grande, estos mamíferos -también presentes en el Mediterráneo-, una especie de focas nativas del Caribe, eran habituales en las corrientes marinas del Golfo de México. Sin embargo, sobre ellas, hay que empezar a hablar en pasado, pues en 2008 fueron declaradas oficialmente extintas.
A la hora de encontrar los motivos de tal extinción se encuentran los tiburones, pero también los humanos (su grasa y su piel –para hacer abrigos- eran altamente codiciados). No en vano la Administración Nacional Atmosférica Oceánica (NOAA por sus siglas en inglés) expresó que su desaparición se debió a causas humanas (recuerda BBC Mundo).
Es por esto que la foca monje del Caribe apareció en un reciente listado elaborado por BBC Mundo que dio cuenta –con motivo del Día de la Tierra celebrado el pasado 22 de abril- de cuatro animales que desaparecieron de América Latina en los últimos 15 años. En el informe, junto a la foca, también aparecen el guacamayo azul, la tortuga gigante de Pinta y el sapo dorado.
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