“No dejamos de jugar porque envejecemos. Envejecemos porque dejamos de jugar”Todos los días nos enfrentamos a imágenes y ruido incesante sobre cómo “mantenernos jóvenes” y luchar contra el paso del tiempo.
Premiamos la juventud y gastamos miles de millones de dólares en productos de belleza y cosméticos cada año, con la profunda creencia de que cuanto más joven y más ágil, mejor.
Sin embargo, en muchas partes del mundo, la belleza y la sabiduría asociadas con la edad se tienen en la más alta consideración.
Las personas dan tiempo y lugar en sus vidas para apreciar y aprender de sus mayores. No, nada de lecciones sobre cómo actualizar el último iPhone iOS o las tendencias de Twitter, sino la esencia de vivir una vida significativa, invirtiendo en lo que de verdad importa y es duradero: el tiempo que pasamos junto a la familia y amigos, compartiendo los conocimientos adquiridos y disfrutando del don de la vida.
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Así que, en lugar de centrarnos en la arruga que hemos visto en el espejo esta mañana, aquí podemos tomar ejemplo sobre cómo otras culturas celebran el envejecimiento, e incluso le dan la bienvenida.
Un estilo cómodo
Las mujeres en Francia tienden a ir arregladas y bien acicaladas, en lugar de aferrarse a la juventud. Hay un estilo natural que muchos atribuyen a las mujeres francesas (piense en Juliette Binoche o Catherine Deneuve), un je ne sais quoi que transmite como si el vivir bien y mantener su cuerpo en movimiento les dejara poco tiempo para preocuparse por detalles triviales como el envejecimiento. Y es que al final si te sientes bien, te ves bien.
Mañana, al vestirte, en lugar de pensar en cómo te quedan los pantalones, saca una bufanda colorida del fondo de tu armario o un collar que te haga sonreír, y sigue tu camino.
Ver a los otros de verdad
Es bien sabido que el respeto y el cuidado de los mayores son muy apreciados en las culturas asiáticas, como las de Japón y China. Los miembros mayores de la familia son los más estimados y ha sido la norma durante siglos que los ancianos vivan y sean cuidados por las generaciones más jóvenes.
La próxima vez que veas a una persona mayor en en supermercado, en lugar de lamentarte porque esté retrasando la cola, acércate y ayúdale con las bolsas. En la sala de espera del médico, dedica unos minutos a conversar con una persona mayor sobre lo que desearía haber sabido cuando era más joven o lo más asombroso que haya visto en su vida: seguramente dejará una impresión mucho más duradera que las reposiciones televisivas que pugnan por tu atención.
Priorizar la sabiduría
Los nativos americanos aprecian la virtud de la sabiduría. En las tribus, se busca activamente a los ancianos para transmitir conocimientos a los miembros más jóvenes y para aplicar sus experiencias vitales a los problemas actuales. En Vietnam, los ancianos son tenidos muy en cuenta para tomar decisiones familiares y se les pide consejo muy a menudo.
Al contemplar el próximo asunto que tengas entre manos, piensa en una persona sabia que conozcas que pueda aportar algo de luz sobre el problema. Y no le envíes un mensajes de texto, levanta el teléfono y llámale. Es posible que te sorprenda el placer que os brindará a ambos y cómo ver el problema a través de los ojos de otra persona puede cristalizar tu próxima acción.
Celebrar aniversarios importantes
En Corea, los cumpleaños avanzados se honran con festividades especiales. El hwan-gap, o 60 aniversario, es un momento en que los niños celebran el paso de sus padres a la vejez, porque los antepasados rara vez alcanzaban los 60 años antes de que apareciera la medicina moderna. Para los 70 años, hay otra celebración conocida como kohCui que significa “viejo y raro”. Festividades similares para los 60 y 70 años se celebran también en Japón.
En Estados Unidos, a menudo tememos cumplir 40 años y creemos que estamos ya “para el arrastre”, pero considera establecer tus propias celebraciones con familiares o amigos para marcar hitos especiales relacionados con la edad y reconocer lo lejos que has llegado.
La celebración y la diversión en general son lo que hace que un alma sea joven. Como dijo George Bernard Shaw: “No paramos de jugar porque envejecemos. Envejecemos porque dejamos de jugar.”
Así que adelante, organiza esa fiesta, y rememora con alegría. Nada dice “estoy encantado de tener 30, 40 o 50” más que mirar atrás en algunas fotos anticuadas y divertidas.
Hacerlo como la abuela
Decir que algo está hecho por una persona mayor es una forma abreviada de decir que se ha hecho bien: trabajado durante horas y, a menudo, hecho a mano. Esto puede ser cierto para la Nonna en una familia italiana que hace la mejor pasta de la familia o es la única en quien se confía para hacer el queso mozzarella. En Hawai, las familias recurren a las abuelas para hacer las mejores guirnaldas de flores, las que se consideran más adecuadas para bodas y otras ocasiones especiales.
En lugar de simplemente estar en los laureles mientras observas a una persona mayor que tú, pídele una lección. No hay mejor tiempo que el presente para comenzar a aprender, de manera que puedan mantenerse vivas las tradiciones importantes y crear recuerdos duraderos.
Poner atención sobre la comida
La comida es intrínseca a una vida significativa, independientemente de la edad. En Corea, es un signo de respeto aceptar cualquier comida o bebida que un anciano pase con ambas manos. También se considera de mala educación comenzar a comer antes de que lo haga el varón mayor de la mesa. En China, la comida siempre se sirve a los ancianos primero.
Algunas culturas también creen que hay alimentos específicos solo para miembros de edad avanzada. Los aborígenes de Australia creen que el gato salvaje y el canguro deben reservarse para los ancianos y que pueden causar daños físicos si los comen los miembros más jóvenes de la comunidad.
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Si bien es probable que no vayas a cocinar canguro pronto, no es difícil ser más cuidadoso con tu propia alimentación y horarios.
Puede que sea tan simple como revisar la etiqueta a la hora de la comida familiar, pedirle a la persona mayor que bendiga la mesa o hacer que todos compartan algo de lo sucedido durante el día.
O tal vez podrías canalizar los recuerdos de comida de tu infancia y preparar un plato que no hayas comido en mucho tiempo, para transmitir tus propias tradiciones e historias culinarias.
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Rendir tributo
En muchos países, como India, se otorgan títulos específicos a los ancianos para mostrar deferencia y respeto. El sufijo honorífico hindi “-ji” se agrega a los nombres para connotar una apreciación de su posición en la sociedad. Títulos similares se pueden encontrar en África y en muchos países asiáticos y del sudeste asiático.
En Japón, hay una fiesta anual en septiembre llamada “Día del respeto por los ancianos”. Es tradicional que los niños y los nietos pasen este día con sus abuelos y compartan una comida especial.
En Filipinas, los ancianos son honrados con un gesto simbólico llamado mano po. La persona más joven toma la mano de la persona mayor y toca el reverso de la mano de la persona mayor con la frente de la persona más joven. Basada en la costumbre de la Iglesia católica de que los padres bendigan a sus hijos, el mano po es una petición respetuosa para la bendición del anciano.
Honrar a la gente tan solo toma un momento. Si vas con prisas tratando de llegar a alguna parte, considera alegrarle el día a alguien tomándote el tiempo para sonreír o sostener una puerta. Una nota manuscrita podría traer una gran alegría a un vecino mayor o a un antiguo maestro, haciéndoles saber que les tienes en mente.
Levántate y crece
Elegimos nuestra mentalidad cuando nos despertamos a cada día. Podemos sintonizar el “canal” que demasiado a menudo se pierde en infomerciales sobre pérdida de peso y hablando de eliminar las canas, o podemos sintonizar con la sabiduría y las actitudes que, durante milenios, han hecho del envejecimiento un proceso significativo y hermoso.
Al hacerlo, podemos apreciar a quienes nos han allanado el camino y abrirnos a la alegría que nos espera a medida que escribimos el siguiente capítulo de nuestras vidas.
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