El Papa se dirigió a los voluntarios de la Asociación Italiana de Donantes de Órganos (AIDO), reunidos en el Vaticano, quienes representan a miles de personas que han elegido ser testigos y difundir los valores de compartir y donar, sin pedir nada a cambio
El Papa dirigió su mensaje a los asistentes y agradeció el mensaje de la presidenta de la asociación Dra. Flavia Petrin.
Donar: mirar más allá de uno mismo
Seguidamente, valoró el acto de donar órganos “para salvar otras vidas humanas, para preservar, recuperar y mejorar la salud de muchas personas enfermas que no tienen otra alternativa”. Y añadió: “Donar significa mirar e ir más allá de uno mismo, más allá de las necesidades individuales y abrirse generosamente a un bien más amplio. En esta perspectiva, la donación de órganos no es sólo un acto de responsabilidad social, sino también una expresión de la fraternidad universal que une a todos los hombres y mujeres”.
Doctrina católica sobre la donación de órganos
El Papa Francisco recuerda en su alocución la postura de la Iglesia sobre el tema de la donación de órganos: “El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la donación de órganos después de la muerte es un acto noble y meritorio que debe ser fomentado como una manifestación de solidaridad generosa” (n. 2296).
De igual manera: “En su Encíclica Evangelium vitae, San Juan Pablo II nos recordaba que, entre los gestos que contribuyen a fomentar una auténtica cultura de la vida, la donación de órganos en formas éticamente aceptables merece un aprecio especial” (n. 86).
Donar: un acto gratuito
Francisco considera que “Es importante mantener la donación de órganos como un acto gratuito y no remunerado. De hecho, cualquier forma de comercialización del cuerpo o de una parte del mismo es contraria a la dignidad humana”.
El Papa profundiza sobre este planteamiento y afirma: “Es hermoso que los discípulos de Jesús ofrezcan sus órganos, en los términos permitidos por la ley y la moral, porque es un regalo al Señor sufriente, que dijo que todo lo que hemos hecho a un hermano necesitado se lo hemos hecho a él (cf. Mt 25, 40)”.
Promover la cultura de la donación
El Papa afirma con fuerza en su mensaje: “De nuestra propia muerte y de nuestro don puede surgir la vida y la salud de los demás, enfermos y sufrientes, contribuyendo a fortalecer una cultura de ayuda, don, esperanza y vida. Frente a las amenazas a la vida, de las que desgraciadamente tenemos que ser testigos casi a diario, como en el caso del aborto y la eutanasia, la sociedad necesita estos gestos concretos de solidaridad y amor generoso”.
Finalizó su mensaje, animando a los asistentes a defender y promover la vida a través de la donación de órganos: “Recibiremos nuestra recompensa de Dios según el amor sincero y concreto que hemos mostrado al prójimo”.