2019…y lo que se nos viene encimaLos años 2015, 2016, 2017 y 2018 han sido confirmados ya como los cuatro años más cálidos jamás registrados desde que los registros de temperaturas, tal y como los conocemos hoy, comenzaron a hacerse en 1850.
El año 2019 –según todos los pronósticos—va a ser igual de caliente. O quizá peor, confirmando la continuidad del cambio climático a largo plazo, provocado por las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero.
Y no se trata de una visión apocalíptica, generada por adversarios al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha tuiteado algunas veces, durante la ola de frío que padeció Estados Unidos este invierno, preguntando dónde estaba el calor.
2018, el más caluroso
Se trata de un análisis consolidado de cinco de los mejores conjuntos internacionales de datos, realizado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el portavoz autorizado de las Naciones Unidas sobre el tiempo, el clima y el agua.
El análisis de la OMM revela que la temperatura media mundial en superficie en 2018 superó aproximadamente en 1,0° grado Celsius (con un margen de error de ±0.13°C) a la de la era preindustrial (1850-1900). Así, el año pasado fue el más caluroso de la historia.
El año 2016, que sufrió la influencia de un intenso episodio de El Niño, continúa siendo el más cálido del que se tenga registro (1,2 °C por encima de la era preindustrial, usada como referencia). Tanto en 2015 como en 2017 las temperaturas medias mundiales superaron en 1,1 °C las de los niveles preindustriales.
Tendencia alcista
“Resulta prácticamente imposible establecer una distinción entre ambos años a nivel térmico ya que la diferencia de temperatura es menos de una centésima de grado, lo cual es inferior al margen de error estadístico”, dice el análisis de la OMM.
“La tendencia de la temperatura a largo plazo es mucho más importante que la temperatura de cada año, y esa tendencia es al alza”, manifestó el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
“Los 20 años más cálidos de los que se tienen datos se han registrado en los últimos 22 años. El ritmo del calentamiento en los últimos cuatro años ha sido excepcional, tanto en la superficie terrestre como en los océanos”, confirmó Taalas.
El calor es solo parte del cambio climático
Por lo demás, las temperaturas calurosas son, solamente, una parte del problema. En 2018 los fenómenos meteorológicos extremos y de efectos devastadores afectaron a numerosos países y a millones de personas, y tuvieron repercusiones devastadoras para las economías y los ecosistemas. Y en 2019 estamos ya enfrentando estos fenómenos.
Por ejemplo, en Australia el mes de enero pasado ha sido el más caluroso desde que se tienen datos, y se han dado olas de calor sin precedentes por su amplitud y duración.
También fue el mes de enero más seco jamás registrado en Tasmania, donde se produjeron destructivos incendios de monte bajo. En vastas regiones de Australia los fenómenos extremos que propician los incendios son cada vez más frecuentes y la temporada de incendios dura más, según la Oficina de Meteorología de ese país.
La evolución del clima es evidente. Como dijo Taalas, es “una realidad a la que tenemos que hacer frente”. Y el secretario general de la OMM lanzó una voz de alarma: “La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y las medidas de adaptación al clima deberían gozar de máxima prioridad a nivel mundial”.