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¿Qué sucede y qué hacer con la alimentación en tiempos de crisis económica?

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Slava Samusevich

María Eugenia Brun - publicado el 05/04/19

Hoy alimentarse bien es un desafío, principalmente en familias con escasos recursos económicos, en que en su país están atravesando una crisis económica, que no tienen empleo y sus ingresos son muy escasos

Si nos detenemos a pensar hoy en día se consumen con más frecuencia alimentos que hace apenas cinco décadas eran intocables para determinados grupos sociales, como las carnes, aves, lácteos o pescados. Esto es gracias a la ampliación de las redes de distribución y transporte que permitió que una variedad más amplia de productos llegue a todas partes, incluso a zonas geográficamente más aisladas.

Estos son cambios positivos que ayudan a mejorar la alimentación de las personas si los elegimos y utilizamos correctamente, pero que se debe cuidar porque trae consigo algunos costos medioambientales y sociales por la producción intensiva, ya que se dispone de mayor cantidad de alimentos, pero mucha es de menor calidad nutricional y que a su vez desperdiciamos la mitad.

Sin embargo, a pesar de la mayor accesibilidad a los alimentos y de la oportunidad de los consumidores de elegir, conseguir las calorías que el organismo necesita cada día para funcionar correctamente, comer algo diariamente es una auténtica lucha para muchos de los habitantes de este planeta.

Sea a causa de que estamos pasando por una crisis económica, familiar o en nuestro país, la alimentación se ve afectada, disponemos de poco dinero para la compra de alimentos y a la vez el valor de ellos aumenta. Esto lleva a que se coma menos, de mala calidad o incluso no se tenga nada para comer.

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¿Cómo cambia la alimentación en tiempo de crisis económica?

Si tenemos poco dinero seguramente tendremos menos cantidad de comida, por tanto, para evitar enfermar es fundamental elegir bien nuestros alimentos, para cubrir las necesidades de nuestro organismo. Para ello es necesario seleccionar alimentos ricos en nutrientes como vegetales y frutas que nos aportan fibra, minerales y vitaminas, así como también alimentos ricos en proteínas animal o vegetal y carbohidratos para obtener energía. 

…menos alimentos para comer, nutrición deficiente y más obesidad

La calidad de la dieta está más relacionada con la aparición de enfermedades crónicas que por la cantidad consumida.

En momentos de dificultad económica las compras de alimentos cambian, nuestros hábitos alimentarios cambian. Como consumidores nos volvemos más prudentes, se buscan ofertas, más marcas “blancas”, alimentos que rindan y duren más tiempo.

Además, se puede ver que aumenta la malnutrición pero no solo por déficit sino por exceso (obesidad), algo que parece raro cuando vemos que muchas familias no tienen los alimentos suficientes para alimentarse a diario. Entonces ¿cómo es posible que aumente la cantidad de personas obesas si no disponen de muchos alimentos?

Esto se debe al cambio de hábitos alimentarios, se tiende al consumo de más alimentos ricos en calorías y pobres en nutrientes, más ultraprocesados porque son más baratos y duran más.Es una alimentación desequilibrada carente de nutrientes esenciales para una vida sana, que puede llevar a la obesidad lo que aumenta el riesgo de aparición de enfermedades crónicas como la cardiopatía, la diabetes y la hipertensión.

Por otro lado, sí se ha visto que aumenta el consumo de vegetales, frutas, leguminosas, pero en la mayoría de los casos no en la cantidad suficiente y que se debería consumir.

¿Qué podemos hacer cuando tenemos muy poca cantidad de alimentos?

Primero planificar, realizar una mejor compra de alimentos, gastando lo menos posible, pero de calidad nutricional.

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Sí, aún en contextos de pobreza es posible generar estrategias de compra y combinación de alimentos que cubran razonablemente las necesidades nutricionales.

  • Una es comenzar a buscar sustitutos, o sea alimentos que sustituyan otros, combinarlos de manera que se pueda aprovechar sus nutrientes lo mejor posible.
  • Otra es elegir los alimentos con atención y utilizarlos correctamente para obtener de ellos su mejor rendimiento.

Algunos ejemplos:

Las carnes en tiempos de escasez es casi un lujo, por tanto, tenemos dos opciones, si se puede comprar alguna magra la utilizamos en poca cantidad para enriquecer guisos, estofados, pucheros (poca cantidad y cortes pequeños) o bien podemos sustituir esta proteína por una más económica como puede ser el huevo.

Cereales y leguminosas, de ellos obtenemos la fuente principal de energía y sí los combinamos (3 partes de cereales por 1 de leguminosas) mejoramos notoriamente su calidad proteica. Son alimentos rendidores, saciantes y económicos. Incorporados a una preparación con vegetales aumenta su valor nutritivo.




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Los vegetales y frutas, mejor de estación que son más baratos y nutritivos. Son una buena opción por ser fuente de fibra, vitaminas y minerales.

Para su mejor rendimiento debemos cocinarlos con poca agua, con piel y la olla tapada durante poco tiempo. No tirar nada, utilizar todas sus partes en tartas o ensaladas y el agua de hervor usarla para sopas, salsas o guisos.

Del grupo de lácteos, tenemos leche, yogur y quesos, pero lo más económico es la leche común fluida, es una buena fuente de proteína y de calcio. Se la puede utilizar en pocas cantidades para que rinda más para enriquecer distintas preparaciones desde una polenta, un puré o un arroz con leche.

Aceites, vegetales, utilizarlos en crudo preferentemente. Junto a los cereales son fuente de energía y vitamina E.

Agua, el agua potable es esencial para la hidratación y los procesos metabólicos. En caso de sospechar que está contaminada se debe hervir y añadir 2 gotas de cloro o lavandina por cada litro de agua.

Evitar comprar alimentos innecesarios, como refrescos, jugos, dulces, embutidos, carnes procesadas que no tienen valor nutricional.

A buscar estrategias…

En algunos casos hay que hacer mayores esfuerzos de adaptación para vivir con recursos muy limitados, por lo que se pueden recurrir a nuevas y viejas estrategias de subsistencia para asegurar el derecho a la alimentación.

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  • Abastecimiento de alimentos a través de la creación de huertos comunitarios. Más en: https://es.aleteia.org/2017/08/14/huertos-urbanos-una-tendencia-nutricionalmente-saludable-para-todas-las-edades/
  • Organizarse con vecinos, familiares o amigos para hacer una compra conjunta, ya que pueden comprar más cantidad a menor precio.
  • Reciclaje de sobras, también se puede hacer entre familias, cada uno tendrá distintos alimentos y con ellos se puede elaborar seguramente una deliciosa comida para ambas.
  • Revalorizar las comidas tradicionales, pucheros, guisos, pastel de papas, entre otras, son elaboraciones económicas, sabrosas y rendidoras. Además, podemos incluir más variedad de alimentos y por lo tanto de nutrientes.
  • Banco de alimentos, instituciones humanitarias como Caritas que se dedican a brindar y repartir comidas, acercarse al más cercano es una gran ayuda para muchas personas.
  • Restaurantes contra el hambre, en muchos países como en Venezuela hay restaurantes y voluntarios que se unen para recolectar alimentos, cocinar y servir a diario comidas en comedores infantiles y residencias de ancianos sin hogar. Es solo es buscar si tienes alguno cerca. https://es.aleteia.org/2019/03/20/barriga-llena-corazon-contento-chefs-contra-el-hambre-en-venezuela/
  • Ollas comunitarias, en Iglesias por ejemplo se pueden encontrar estas ollas comunitarias donde se comparte con otros la comida.

Hoy alimentarse bien es un desafío, principalmente en familias con escasos recursos económicos, en que en su país están atravesando una crisis económica, que no tienen empleo y sus ingresos son muy escasos.

Pero alimentarse sano es desafiante también en los no sufren están dificultades. Por eso es necesario que todos aprendamos a ser responsables con los recursos que tenemos a mano, con nuestros alimentos utilizándolos razonablemente y dándole la mejor utilidad posible.

Y por supuesto no olvidarnos de dar siempre de nosotros todo lo que podemos y tenemos para compartir con nuestros hermanos más necesitados.

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