“Cuando lo metí en la camiseta empezó a mover la boca, pero no lloraba. Estaba en medio del lodo, era grande y se veía sanito”.
Así relata su experiencia a El Universo César Cagua, un trabajador que efectuaba junto a otros compañeros tareas de limpieza en la Vía Perimetral de Guayaquil (Ecuador).
Sin dudas la vida no será la misma para este trabajador luego de lo que le pasó y cómo sucedió, algo que incluso no estuvo exento de ser reconocido como una “señal divina”.
En efecto, mientras desarrollaba su jornada laboral recogiendo con palas la basura dispersa en sacos de un momento a otro decidieron dejar los utensilios y empezar a cortar el monte crecido a mano. Fue ahí donde se dio la sorpresa -el primer “milagro”- al ver que en medio de la maleza había un bebé desnudo, en principio inmóvil y aún con el cordón umbilical.
Inmediatamente, luego de un lapso de incertidumbre y asombrados por el lodo que cubría el pequeño cuerpo, César empezó a discutir con su compañero acerca de las acciones a tomar. Se dieron cuenta que estaban solos y con inconvenientes en sus móviles para comunicarse. Y ahí el segundo “milagro”, un taxi que apareció en el camino y que sirvió de nexo con el 911 de emergencia policial. Luego, el tercer “milagro”, poder ser trasladado a un centro hospitalario para rápida atención.