En los próximos meses, los obispos de la Argentina concretarán, en tres tandas, su visita ad limina, durante la cual además de visitar distintos dicasterios tendrán un encuentro con el Papa. Y ya anunciaron: le expresarán su deseo de que visite el país. Cinco razones por las cuales estamos ante el mejor escenario para que el Papa Francisco confirme una visita apostólica a su tierra natal:
Obispos y un bellísimo mensaje
Si el Papa confirma una visita estos meses es tras la bellísima misiva enviada por los prelados argentinos y una visita ad limina de todos comunicándole cuánto anhela el Pueblo Fiel argentino recibirlo. No porque un gobierno de un color u otro lo haya invitado. Son los propios prelados argentinos, en conjunto, que en su última Asamblea Plenaria le han pedido explícitamente: “No se prive de la alegría de visitarnos”. Pese a las discusiones recurrentes en medios de comunicación, la gran mayoría de los católicos argentinos lo esperan y no han podido viajar a Roma a visitarlo. No han podido hacerlo los millones que se suman en cada peregrinación a algún santuario, los millones que hacen posibles las millonarias colectas de Cáritas y Más por Menos, los millones que eligen asistir y concurrir a las parroquias o a los centros de formación de la Iglesia. La Iglesia argentina, que representan los prelados pero que es mucho más que ellos, espera la visita de un sucesor de San Pedro desde hace más de 30 años- Juan Pablo II visitó el país en 1987. Y realmente disfrutaría mucho escuchándolo hablar en su propia lengua.
Una generación entera pasó desde la última visita papal
El Papa Juan Pablo II visitó la Argentina en 1987. No fue una efímera visita como la de 1982, durante la Guerra de Malvinas. Recorrió gran parte del país en un tour que probablemente no pueda repetirse con ningún otro pontífice. No obstante, los que eran niños en aquella ocasión y recibieron aquel inédito baño de gracia hoy ya son adultos con hijos propios. Los frutos de aquel viaje se sintieron por largos años y Francisco lo vivió en carne propia. Una nueva visita de un sucesor de San Pedro renovará en la fe a nuevas generaciones de argentinos que nunca han tenido contacto con él.
La Iglesia argentina es una Iglesia activa
Varias diócesis vienen trabajando en caminos sinodales. Algunas han vivido la alegría de la beatificación y canonización de históricos referentes, como el Cura Brochero, Ceferino Namuncurá, y ahora, los mártires de La Rioja. Aún cuando haya grupos que tengan más afinidad con unos y con otros, la Iglesia Argentina, grande y rica en carismas y estilos distintos, ha demostrado ser una Iglesia activa incluso más allá de la extraordinariedad de tener un compatriota Papa. Que en una etapa importante de esta renovada misión, incluso relacionada con el lanzamiento misionero de la última Conferencia de Aparecida, pueda ser acompañada y guiada por el sucesor de San Pedro sería un impulso muy importante para concretar los desafíos pendientes.