Amarse uno mismo y amar de forma sana a los demás, una lección para toda la vidaEmpezar a hablar con nuestros hijos acerca del amor es algo que podemos hacer desde muy temprana edad. El amor se manifiesta en la familia desde el momento en el que nuestros hijos llegan a formar parte de ella. Cuando son pequeñitos, podemos explicarles el amor, como ese sentimiento de afecto y alegría que sentimos al estar juntos padres e hijos, o esa relación incondicional y llena de mimos y risas que tienen con otros miembros de la familia.
Un abrazo, un beso, decir “te quiero” o “te amo”, o cosas pequeñas, como tener un gesto amable o un detalle hacia nuestros seres queridos, son todas formas en las que nuestros hijos pueden demostrar el amor que sienten hacia su familia.
Enseñarles acerca del sano amor propio
Una parte sumamente importante al momento de hablar con nuestros hijos sobre este sentimiento, es el hacerlo también, enfocándonos en el amor propio. Y es que este será uno que defina muchas cosas acerca de su personalidad y de la percepción que tendrán en el futuro sobre ellos mismos.
El sano amor propio, al cual también conocemos como autoestima, es algo en lo que se debe trabajar desde pequeños. Al reforzar su autoestima, nuestros hijos se sentirán más seguros y capaces de hacer lo que se propongan, convirtiéndose así, en adultos optimistas, sociables y felices. Para amar a los demas hay que empezar amándose a si mismos.
¿Y cómo reforzamos su amor propio o autoestima? En primer lugar, con apego y afecto hacia ellos, demostrándoles el amor que les tenemos. Podemos además reforzar y reconocer sus aciertos, teniendo cuidado de no caer en alabanzas exageradas, pues también deben convertirse en adultos preparados para las adversidades que puedan presentarse en sus vidas.
El amor hacia los demás
Además de enseñarles acerca del amor propio, que les ayudará a cuidarse a ellos mismos y ver sus cualidades positivas, también debemos educar a nuestros hijos en el amor hacia otras personas: sus hermanos, sus familiares, sus amigos y compañeros del cole.
Cuando hablo de esto, me refiero a que a través del amor hacia los demás, podremos enseñarles a ser personas amables, empáticas y respetuosas con los demás, mostrándoles que la felicidad también se consigue a través de la bondad y del hacer el bien a otras personas.
Recordemos que gran parte de la enseñanza de vida que podemos dar a nuestros hijos, lo hacemos a través del ejemplo. Ellos nos ven y nos escuchan siempre, por lo tanto es importante que nosotros también trabajemos constantemente en nuestro amor propio y en el amor hacia los demás.
Cuando establecemos la felicidad y el amor como base de la educacion, preparamos mejor a nuestros hijos para su futuro: un niño amado es un niño feliz, y ese niño feliz, crecerá para ser un adulto seguro y optimista, capaz de tener relaciones positivas de amistad y de pareja.