Tanner y Brandon tienen una amistad de película. Seguro que Brandon y su familia nunca olvidan el gesto de su compañero. Tanner Wilson y Brandon Qualls son dos adolescentes que acaban de dar una gran lección de amistad a la sociedad. Llevan años yendo juntos a la escuela. Ahora ya están en secundaria en un instituto de Norman, en el estado de Arkansas. Brandon ha de trasladarse en silla de ruedas debido a una discapacidad física.
Tanner es alto y de complexión fuerte. Veía a su amigo Brandon mucho más débil que él, haciendo grandes esfuerzos por empujar la silla de ruedas por los pasillos del Caddo Hills School. No dijo nada, pero ideó un plan que más tarde daría sus frutos.
Finalmente, hace dos semanas, Brandon llegó a la escuela y se encontró con un inmenso regalo sorpresa. Se trataba de una silla de ruedas eléctrica. Con ella, sus brazos ya no volverían a cansarse.
Un secreto bien guardado
Brandon no pudo contener la emoción. Y Tanner explicó entonces que ha estado trabajando en un taller mecánico local a tiempo parcial para ahorrar el dinero de la silla.
La historia ha trascendido y la cadena News9 TV. se ha hecho eco de este magnífico acto de generosidad. El amor de amistad en su versión más sencilla y rotunda: querer el bien del otro sin esperar nada a cambio.
“Mis brazos se cansaban mucho”, explicó Brandon a la televisión. “Mi sueño era tener una silla de estas (eléctrica) y ahora se ha cumplido”, añadió.
La mamá de Tanner explicó posteriormente que su hijo había pasado una temporada difícil y Brandon había sido su apoyo. Ahora Tanner no solo está satisfecho de la tarea que ha llevado a cabo sino también está ilusionado con ir a la Universidad. “Él siempre se ha ocupado de todos los demás y no de él mismo”, afirmó la mamá.
Valió la pena
La silla de ruedas es de lo más original. Está “customizada” con unas llamas y por la parte de atrás lleva el nombre de su flamante propietario. ¡Habrá que apartarse ahora al oírlo llegar con su motor eléctrico!
“¿Valió la pena?, le preguntaron a Tanner en la televisión. Y contestó convencido: “Sí, 100%”.
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