La arquidiócesis con mayor diversidad étnica en Estados UnidosFilipinas es, después de Brasil y México, el tercer país con mayor número de católicos del mundo. Ahora tiene un obispo en el corazón de Los Ángeles (California, Estados Unidos). Un orgulloso inmigrante: Alejandro “Alex” Aclán (68 años).
Ayer 5 de marzo el Papa Francisco lo eligió como obispo auxiliar de Los Ángeles, arquidiócesis cuyo titular es el arzobispo de origen mexicano José H. Gómez. Con este nombramiento, Los Ángeles se confirma como la arquidiócesis con mayor diversidad étnica en Estados Unidos.
Mosaico de etnias
Aclán abandonó Filipinas cuando tenía 31 años de edad y arribó al sur del Estado de California en 1982. Como tantos otros inmigrantes, llegó a Estados Unidos buscando un futuro mejor para él, lo mismo que sucedió con el otro obispo filipino-estadounidense, Óscar Solís, ahora titular de Salt Lake City.
El padre “Alex” sirvió durante un cuarto de siglo en la arquidiócesis de Los Ángeles antes de ser nombrado ayer por el Papa como auxiliar de esta enorme demarcación que congrega católicos de los condados de Los Ángeles, Ventura y Santa Bárbara.
La población católica de la arquidiócesis es de 4.5 millones de personas que viven entre una población total de 11.3 millones de personas. Cuenta con 288 parroquias y ofrece servicios étnicos en un entorno cultural de 72 grupos étnicos diferentes.
El área de Los Ángeles es el hogar de la comunidad de inmigrantes filipinos más grande de los Estados Unidos. Aclán le dijo a Angelus News que ser obispo no era parte de su plan, como “tampoco el ser sacerdote” cuando llegó como inmigrante a Estados Unidos.
El ejemplo de sus padres
Aclán nació el 9 de febrero de 1951 en Pasay, Filipinas. Fue el tercero de ocho hijos nacidos de Gerónimo y Emerenciana Aclán. Su padre había sido piloto en el Cuerpo Aéreo del Ejército de Filipinas cuando las fuerzas japonesas atacaron Filipinas días después del ataque a Pearl Harbor, en diciembre de 1941.
Su padre fue un héroe de guerra. Luchó contra los japoneses, fue capturado y logró, milagrosamente, escapar de la célebre “Marcha de la muerte de Bataan”. Estuvo entrenándose en Estados Unidos y, después de la guerra, fue piloto aviador de las Aerolíneas Filipinas.
Las primeras semillas de su vocación sacerdotal las encuentra no tanto en la cercanía de religiosas o de sacerdotes, sino por la forma en que vio a sus padres tratar a otras personas. El tenía planes de convertirse en un médico y, de hecho, tiene un título en tecnología médica conseguido en Filipinas en 1971.
Luego fue programador y técnico en informática y llegó a tener puestos medios en instituciones bancarias como el Citibank de Filipinas. Pero en 1982 se mudó con sus padres y hermanos al área de Covina, en Los Ángeles, donde encontró trabajo como gerente de proyectos para Union Bank.
Servir, servir y servir
Fue a los 35 años, durante un retiro de la parroquia a la que asistía, la parroquia del Sagrado Corazón en la localidad de Covina donde empezó a vislumbrar su llamado, y cuatro años más tarde, en 1988, ingresó al Seminario de San Juan, en Camarillo. Fue ordenado sacerdote por el cardenal Roger Mahony en 1993.
Mirando hacia atrás, a los 25 años de sacerdocio, el obispo electo expresó que todavía está siguiendo el ejemplo que sus padres le dieron mientras crecía. “La mejor parte de ser sacerdote es la capacidad de servir, como vi a mi mamá y a mi papá haciéndose mayores”, le dijo Aclán a Angelus News.
Su servicio a los inmigrantes filipinos ha sido enormemente reconocido en la comunidad católica de Los Ángeles, tanto así que el arzobispo Gómez, al presentarlo ayer, lo llamó por lo que es: un “orgulloso hijo de nuestra vibrante comunidad filipina”.
*Con información de Angelus News*