Evitar la depresión es posible, teniendo en cuenta algunas ideas para que tú las apliques.
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En su Carta Fundacional, la Organización Mundial de la Salud define la salud como aquel estado de bienestar físico, psíquico y social y no sólo como la ausencia de enfermedad.
En este contexto, la enfermedad debe entenderse como un proceso biológico que supone una alteración estructural o funcional, un proceso psicológico que conlleva sufrimiento y dolor, y un proceso social porque supone una invalidez.
Toda enfermedad -y el mismo hecho de enfermar- tienen aspectos psicológicos y sociales que influyen en la aparición, manifestación, curso y pronóstico, por lo que es muy importante tratar de establecer relaciones entre aspectos psicológicos, sociales y biológicos como desencadenantes de una enfermedad, más que una relación única de causa-efecto.
Diversos tipos de reacción
Cada individuo reacciona de manera diferente tras ser ingresado en un hospital, dependiendo de la naturaleza de la enfermedad, de su personalidad y de su situación vital (edad, sexo).
– Algunos pacientes lo interpretan como un lugar seguro del que van a obtener cuidado y alivio en sus síntomas mientras que otras personas lo ven como un lugar que aumenta su ansiedad.
– En comparación con su hogar, un hospital es un ambiente impersonal, en el que a uno, normalmente, le despojan de sus ropas, normalmente hay que compartir habitación con otros, en el que tiene que adaptarse a una nueva rutina, a horarios de comidas, sueño y visitas; y poblado de un sinfín de caras nuevas, cada una de ellas con una función concreta que desarrollar.
– Un hospital moderno es la empresa más compleja que existe. Ingresar en uno para recibir cuidados es una experiencia que no deja impasible a nadie. La medicina científico-natural ha transformado edificios e instituciones creados para cuidar y albergar (también a aislar) en lugares de alta complejidad y tecnología, diseñados para tratar físicamente a los pacientes más que a prestar atención a las necesidades psicológicas y a la calidad de vida.
Las emociones predominantes
Los pacientes experimentan un número importante de reacciones emocionales antes y después de procedimientos médicos, que pueden ser de:
- Ansiedad (producida por un miedo al dolor o incertidumbre ante el futuro).
- Depresión o problemas de adaptación (según las expectativas que tuviera cada individuo).
- Rebeldía (frente a un destino no deseado).
- Miedo a lo desconocido, al dolor, a la posibilidad de tener una enfermedad incurable, a la destrucción del cuerpo o a la pérdida de autonomía o miedo a la muerte.
Diferencias entre tristeza y depresión
Conviene señalar que en ocasiones se confunde un síntoma como es la tristeza, con la depresión y ésta con un diagnóstico psiquiátrico.
– Un síntoma aislado no es necesariamente patológico (la tristeza no tiene por qué serlo) y no constituye por sí mismo un trastorno. La tristeza es sólo uno de los síntomas del síndrome depresivo, ciertamente uno de los más importantes pero, no es suficiente ni necesario para considerar que alguien tiene un cuadro depresivo.
– La tristeza y la depresión permiten sobrevivir al que las padece, en un mundo que ha perdido su sentido tras la pérdida que las provocó y llaman la atención sobre otros valores y realidades: la del límite de la propia libertad.
Conocer el sentido de la tristeza y la depresión ayuda a conocer al hombre. Estar enfermo, como conciencia de la propia situación, es lo más importante que el paciente que tiende a la depresión tiene que asumir. Aprender a aceptar la propia situación, confiando en las manos de quien le está curando sabiendo que la propia vida a fin de cuentas no depende solamente de nosotros.
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