Las personas con altas capacidades no siempre lo tienen fácil en el plano emocional. Pistas para identificar sus dificultades y afrontarlasHipersensibilidad, intensa necesidad de seguridad, impaciencia, insatisfacción crónica, funcionamiento cerebral complejo, introversión. Estos rasgos característicos de las personas superdotadas pueden ser frenos u obstáculos en su vida amorosa. Por supuesto, todas las personas con altas capacidades no presentan necesariamente el conjunto de estas características, aunque la mayoría son comunes a un gran número de ellas.
Aleteia ha preguntado sobre este tema a Clothilde Colin, conferenciante, miembro de la asociación Mensa International y fundadora del gabinete Ysilde Conseil, especializado en el acompañamiento individual de niños precoces y adultos con alto potencial.
Una sensibilidad exacerbada
“Él me dijo: te ofrezco mi corazón en una bandeja, y yo, en vez de alegrarme por esta maravillosa declaración de amor, ¡sentí náuseas porque veía un corazón sanguinolento y palpitante delante de mí!”. Clothilde Colin cuenta a menudo esta anécdota durante sus conferencias. Así ilustra un comportamiento desajustado en comparación al que uno esperaría en una situación así.
Las personas superdotadas perciben el mundo con una agudeza tan grande que las consecuencias, a veces, son extremas. La hipersensibilidad consiste en experimentar las emociones de manera intensa, amplificada y sin filtro. Aquí, la estrecha asociación entra la palabra y la imagen es tal que causa un malestar físico.
Otro ejemplo que puede derivar en perjuicio de la vida en pareja: la hipersensibilidad al tacto. A algunos superdotados no les gusta que les toquen, incluso soportan con dificultad el roce de la ropa sobre la piel o un lavado de pelo en la peluquería. Por tanto, esto exige por parte de un eventual cónyuge una paciencia y una dulzura extremas.
Una tendencia al autosabotaje
El amor supone asumir riesgos: riesgo de ser rechazado, humillado, herido… Sin embargo, la persona superdotada tiene una inmensa necesidad de sentir seguridad en este mundo que le asedia por todas partes y, por consiguiente, detesta asumir riesgos. Establecer una relación amorosa es poner en peligro su equilibrio, es enfrentarse a la amenaza de, en caso de fracaso, un naufragio emocional del que sabe que tendrá dificultades para recuperarse.
“Por eso la persona superdotada tiene tendencia a permanecer en su zona de confort, porque en la vida afectiva, su equilibrio y su seguridad se ven amenazados”, explica Clothilde Colin.
Búsqueda de pareja bondadosa y no demasiado susceptible
Frecuentar la presencia de o convivir con una persona superdotada no es tarea fácil. Hay que tener el “corazón” bien amueblado. En efecto, hay que saber seguir las trayectorias inusuales que sigue el pensamiento de su pareja y comprenderla rápidamente, porque el superdotado no es muy paciente y detesta aburrirse. Tiene necesidad de respuesta, de recibir estímulos, de encontrar material de reflexión en sus debates.
Hay que tener cuidado también con la elección de las palabras. Utilizar una palabra cuando otra sería más apropiada, ser impreciso, enerva a la persona con alto potencial. Posee un modo de conversar que al principio puede parecer desconcertante y no muy natural para las citas románticas. Plantea preguntas sin rodeos, “escanea” a su interlocutor, lo empuja a su trinchera.
Clothilde Colin precisa que esto lo hace con el objetivo de conocer de verdad a la otra persona, de ver si es de fiar y si puede confiar en ella, a causa de su necesidad de seguridad. En esas condiciones, puede resultar difícil encontrar a la rara avis, a la persona excepcional dispuesta a quitarle importancia a los interrogatorios y a entrar en unos combates verbales interminables.
Un eterno insatisfecho
La búsqueda de la perfección, el deseo de lo absoluto, hacen que la vida de pareja no siempre satisfaga a la persona superdotada. La vida de pareja está hecha de compromisos, pero al superdotado le encanta a rabiar tener razón. La vida de pareja se sustenta en el apoyo mutuo, pero al superdotado le gusta la competición.
La vida de pareja se compone de imperfecciones, pero el superdotado quiere aspirar a la perfección. Todos estos son rasgos de carácter que a veces dificultan su vida afectiva o su deseo de formar una pareja.
Consejos para seguir siendo uno mismo dentro de la pareja
Entonces ¿qué? ¿Acaso la gente superdotada no está hecha para una vida en pareja? ¿O están obligadas a adaptarse constantemente para complacer y mezclarse con la multitud? ¿Cómo seguir siendo uno mismo, excéntrico, mientras se forma una pareja? Clothilde Colin sugiere, para empezar, aprender a soltar lastre. Sobre el hecho de querer tener razón a cualquier precio. Sobre el hiperanálisis del otro y del mundo. Sobre su ansiedad crónica. Sobre sus fulgores, sus intuiciones, a menudo justos, pero que también pueden estar distorsionados.
Aprender a controlarse, a renunciar, a no entrar en el debate, son otros medios para conservar la energía y las buenas relaciones con la pareja. El recurso a la comunicación no violenta permite también disminuir la agresividad que con frecuencia es una respuesta a su necesidad de protección.
La mejor manera, según Clothilde Colin, de vivir bien con su propia superdotación es conociéndose bien a uno mismo. Saber detectar las fases de energía y las fases de agotamiento. Vigilar su estado emocional, su estado de fatiga, su estado físico, para mantener el equilibrio y permanecer comedido. Saber qué le revitaliza —a menudo es la soledad, el silencio y el descanso— y cuándo debe recargar pilas.
Por último, considerar su hipersensibilidad como una virtud, y no como un defecto, facilita su aceptación. Es una ventaja en el sentido de que nos permite comprender mejor el mundo y los seres del entorno y así ser capaz de sentir una gran empatía hacia los demás.