Francesc Torralba, filósofo y pedagogo, aporta la “hoja de ruta” para cumplir tu misión como padre o madre.¿Cómo acertar en la educación de los hijos? ¿Qué pautas seguir? ¿Existe algún método que nos sirva de guía conforme los hijos van creciendo? Uno puede ir aprendiendo a partir de la propia experiencia, pero es importante contar con unos principios básicos que nos ayuden a enfocar bien cada decisión.
Francesc Torralba, filósofo y pedagogo, propone una educación basada en dos aspectos clave, que hacen que los pequeños crezcan como personas de forma completa. Tener en cuenta estos dos aspectos es ir a la raíz de lo que somos los humanos y nos dará luces sobre los problemas y retos concretos de cada etapa.
Primera clave: la autonomía
Los padres educan para que sus hijos sean autónomos. Edith Stein, una filósofa que llegó a ser santa y fue proclamada patrona de Europa, decía que formar es un proceso que tiene como finalidad ayudar a cada persona a ser aquello que está llamado a ser.
Para que los hijos se conviertan en personas autónomas, “su entorno afectivo ha de ser sólido, estable”, dice este experto, que es padre de 5 hijos. “El entorno óptimo -prosigue- es la familia y, con ella, la escuela”.
Formar a los hijos exige, recuerda Torralba, “discernimiento, atención, cuidados… Porque nacemos vulnerables y débiles. Educar es dotar a los hijos de la capacidad de valerse por sí mismos, de ser capaces de emanciparse y de llevar adelante su vida”.
Torralba subraya que se habla mucho de autonomía, pero no se tiene en cuenta todos los aspectos que esta implica:
- Es importante que los hijos sean autónomos psicológicamente. “Esto significa que tengan la capacidad de pensar por sí mismos, que no sean gregarios, que no sigan el pensamiento de moda sin haber reflexionado sobre él”.
- Es imprescindible que los padres ayuden a los hijos a discernir. “Cada uno vale para lo que vale y nadie vale para todo. Esta frase popular ha de servirnos para acompañar a cada hijo en el descubrimiento de sus talentos y en las decisiones sobre su futuro profesional o personal: uno vale para ser humorista, otro para la economía…”. En este sentido, los padres han de ser generosos y aceptar lo que el hijo decida, porque el hijo no es una propiedad de los padres”.
- Es clave la autonomía espiritual. “Los padres debemos educar a los hijos para que sean capaces de expresar sus propias creencias sin que se avergüencen“, subraya.
¿Hay alguna receta que funcione especialmente? Este filósofo y pedagogo sostiene que “en el colegio han de pasar cosas que no pasan en Google. Esto implica audacia, pero es el modo de conseguir que nuestros hijos el día de mañana no sean esclavos de lo políticamente correcto“.
Para lograr esa autonomía, también invita a que “les pongamos contrariedades y a que no les facilitemos todo al máximo. Así -dice metafóricamente- no se atrofia el músculo. Las dificultades al nivel de cada edad y cada personalidad son positivas y les hacen mejores para que se desenvuelvan en el futuro”.
Segunda clave: la autodonación
Pero así como se habla mucho de autonomía, Torralba subraya que una educación completa de los hijos ha de tener en cuenta un segundo objetivo: “la autodonación, porque todos estamos hechos para darnos a los demás“.
“El proceso formativo de una persona se acaba -asegura- cuando esta es capaz de dar sus talentos al mundo“. Algo que no tiene que ver con ser famoso o popular o exitoso.
Para Torralba, el papa Benedicto XVI tiene una frase que resume ese aspecto tan relevante de la educación: “Somos un don y estamos hechos para el don”.
“De nosotros solo queda lo que damos“, dice este experto, “y eso, en el caso de los padres, es cuestión de enseñarlo a través de la ejemplaridad“. Cuestión de ponerse manos a la obra, entonces.
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