Una situación que causa estupor, angustia y que también devela las carencias hospitalarias
Lágrimas de impotencia y desesperación. Así reaccionaron los médicos del Hospital de Niños Mario Ortiz al ver la imagen que tenían delante, según detallan las crónicas en Bolivia por estas horas. Es que la indignación no es para menos, pues ante sus ojos tenían a una niña de tres años –quien al momento de este informe se debatía entre la vida y la muerte- notoriamente golpeada y flagelada.
Luego de estos segundos eternos, los médicos colocaron de forma inmediata a la pequeña sobre una camilla y ahí pudieron visualizar con más detalle las marcas de los golpes recibidos a lo largo de su cuerpo. Al mismo tiempo, mientras observaban esta triste escena, lograron descubrir un hematoma en la cabeza que motivó la realización de una cirugía de urgencia.
Tras la operación la niña fue trasladada al sector de cuidados intensivos y estas horas se transforman en cruciales para su supervivencia. Al momento de llegar al hospital lo primero que se dijo fue que la niña se había caído de la cama y que estaba en estado crítico. Algo que rápidamente sería desmentido.
Flagelada por el padre con complicidad de la madre
A la hora de encontrar explicación a tanta atrocidad, de forma inmediata también comenzó a actuar la justicia. Y fue en ese momento que se ordenó la detención de los padres –el hombre presunto autor de los golpes y la mujer cómplice de la situación- a quienes se les imputó de forma provisoria el delito de tentativa de infanticidio.
“La Fiscalía está solicitando la detención preventiva en Palmasola del padre por flagelar y de la madre por complicidad”, dijo a El Deber el fiscal a cargo de las investigaciones, que entre otras cosas también dieron cuenta que los padres de la pequeña intentaron ocultar la situación adjudicándole culpabilidad a los hermanos de la víctima, (esta versión fue descartada de forma inmediata).