Es de madera, su tamaño es enorme –unos seis metros de largo- y está impregnada de crustáceos. La cruz que apareció en 2019, en las costas cercanas a un complejo turístico de Florida, Estados Unidos, fue detectada por un hombre que descansaba por esos días en la zona.
Al ver que flotaba en el agua, este hombre, de nombre Greg, no dudó en ponerse en campaña para tratar de acercarla a la orilla con la ayuda de otras personas.
"No podía creer que flotara hacia nuestros pies. Me sentí maravillado, pues algo así sucede una vez en la vida. De haber estado allí diez minutos antes o diez minutos después no hubiera visto la cruz", dijo este hombre, según reproducen medios como Latina.
Desde ese momento, una vez cumplida la misión, el hecho de que haya llegado una cruz de tales dimensiones hacia ese lugar se ha transformado en un auténtico misterio. Las imágenes no tardaron en viralizarse y la cruz se ha convertido en un auténtico atractivo turístico.
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Incluso, no faltaron quienes comenzaron a especular con versiones apocalípticas, aspecto que sin dudas forma parte de la imaginación y hasta de un juego de ida y vuelta en redes sociales.
Pero entre las versiones más verosímiles a la hora de darle respuesta a este misterio se encuentra la de la posibilidad de que esta cruz –perdida en el mar por mucho tiempo- haya pertenecido a una iglesia de Puerto Rico, lugar golpeado por el huracán María en septiembre de 2017.
Lo cierto es que esta enorme cruz se convirtió en gran motivo de conversación y sorpresa, aspecto que hizo que hasta un sacerdote se acercara para bendecirla.