El obispo auxiliar de Managua, José Silvio Báez, fue uno de los que salió a condenar la agresión a manos del régimen de Daniel Ortega contra un grupo de presas políticas en el Sistema Penitenciario Nacional
Mientras el mundo sigue con atención todo lo que sucede en Venezuela desde la irrupción en escena del presidente encargado Juan Guaidó y todo lo vinculado a la ayuda humanitaria, en Nicaragua la represión a manos de Daniel Ortega tampoco da tregua.
En los primeros días de febrero una nueva denuncia a cargo del Comité de Madres de Presos y Presas Políticas sacudió el tablero. En esa oportunidad se anunció que las detenidas Brenda Muñoz y Jeysi Lagos sufrieron una golpiza en el lugar donde estaban apresadas, la prisión La Esperanza, y desde ese momento se encuentran desaparecidas.
Algo similar sucedió con Irlanda Jerez, de la cual se informó que fue agredida por unos 20 alguaciles.
“Irlanda fue brutalmente golpeada, de tal manera que no puede ni levantarse de la cama por los golpes y moretones que tiene”, dijo en su momento su esposo, Daniel Esquivel, ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), reproduce La Prensa.