Una ferviente religiosidad popular que no cesa a pesar del calor y que lo confirma como un país de peregrinaciones
A pesar de que enero y febrero son meses de vacaciones de verano en Chile y de la crisis abusos que vive la iglesia, la religiosidad popular no disminuye en lo más mínimo, sino que son miles las personas que llegaron a la celebración de la Fiesta de la Candelaria en Copiapó, región de Atacama, el pasado sábado a pesar de las altas temperaturas.
Los bailes religiosos y canto a lo divino marcaron la eucaristía por la Señora de la Candelaria el pasado sábado. Por la tarde, y con temperaturas que llegaron a los 38 grados celsius se presentaron alrededor de setenta bailes religiosos que participaron de la procesión.
La devoción por la Señora de la Candelaria, en Chile se remonta a 1778, en que el arriero Mariano Caro Inca encontró la imagen en la cordillera, cerca del salar de Maricunga. El milagroso hallazgo atrajo los peregrinos, lo que motivó al párroco a construir un santuario en 1800. La celebración por esta devoción mariana se realiza durante dos semanas, y una de las celebraciones más emotivas a es la bendición de los enfermos, que este a tuvo lugar este martes 29 de enero, en el Santuario. Donde miles de personas llegan con fe por su pronta mejoría.
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