El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, nombró a Elliott Abrams como emisario para “restaurar la democracia” en Venezuela, después de que Washington declaró que el mandatario Nicolás Maduro es “ilegítimo” y reconoció a Juan Guaidó como presidente interino.
La primera tarea a cumplir era presentarse este sábado en Nueva York, junto a Pompeo, en un momento en que Estados Unidos solicitó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para intentar que el organismo reconozca la autoridad de Guaidó.
La tensión entre Venezuela y Estados Unidos ha ido en aumento. Maduro dio un plazo hasta el sábado para que la Administración Trump desalojara su embajada en Venezuela y ha llamado a los diplomáticos de la representación venezolana en Washington de regreso a Caracas.
El viernes, los funcionarios de segunda y tercera línea estadounidenses en la capital venezolana abandonaron el país como “personal no indispensable”. La plantilla fundamental se quedó.
La embajada anunció que mantendrá a su “personal esencial” en Venezuela porque no reconoce la legitimidad de Maduro.
Pompeo avisó que su Gobierno espera que sus “derechos” como diplomáticos sean respetados, puesto que están allí por invitación del “legítimo” gobernante.
En adelante, en esta etapa delicada y decisiva de la crisis venezolana, la política del Departamento de Estado de EE.UU. hacia Venezuela estará dirigida por Elliott Abrams, un diplomático retirado que ayudó a diseñar la política exterior de los expresidentes republicanos Ronald Reagan (1981-1989) y George W. Bush (2001-2009).
El enviado especial de EE.UU. para Venezuela se dirigió brevemente a los periodistas desde el podio de la sala de prensa del Departamento de Estado: “Dejé este edificio hace 30 años esta semana, esa fue la última vez que trabajé aquí. Así que es muy agradable estar de vuelta. Esta crisis en Venezuela es profunda, difícil y peligrosa. Vamos a ponernos a trabajar sobre ello“, afirmó brevemente Abrams.
No es ningún improvisado. Se trata de un abogado de vocación con amplia trayectoria en el mundo de la política y un funcionario con vasta experiencia en situaciones similares.
Es recordado en el seno de Centroamérica por manejar los conflictos de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala durante la década de los 80′.
Abrams es de ascendencia judía y nació en Nueva York en 1948. Es experto en relaciones internacionales de la Escuela de Economía de Londres en 1970. Tres años después obtuvo un doctorado en la Escuela de Leyes de Harvard.
Durante el gobierno de George Bush en 2001, desplegó una relevante gestión en las relaciones con Israel cuando fue nombrado Ayudante Especial del Presidente y Director para Democracia, Derechos humanos, y Operaciones Internacionales en el Consejo de Seguridad Nacional en 2001.
Sectores de izquierda en el continente lo acusan de “intervencionista” por este historial, pues le responsabilizan del respaldo de las fuerzas militares de Estados Unidos con la oposición armada de Nicaragua, los llamados ‘contras’, mientras era Subsecretario de Estado del gobierno de Ronald Reagan.
Igualmente lo mezclaron en el “Irangate” cuando se descubrió que Estados Unidos vendió armas al gobierno iraní durante su guerra contra Irak.
Condenado en un turbulento y político juicio por esconder información al Congreso en el escándalo Irán-Contra, fue posteriormente indultado por George H.W. Bush.
También existen fuentes que señalan que Abrams habría ejercido peso al momento de dar el visto bueno al “golpe de Estado” del 2002 en Venezuela, pero todo esto no ha pasado de ser especulaciones y teorías conspirativas no confirmadas.
Su misión ahora es impulsar esfuerzos para “restaurar la democracia” en Venezuela, encabezando el equipo que trabajará “sobre asuntos de Venezuela”.
“Elliott –agregó Pompeo- va a ser un verdadero activo en nuestra misión para ayudar al pueblo venezolano a restaurar totalmente la democracia y la prosperidad en su país”.
El Secretario de Estado norteamericano aseguró que Abrams “trabajará” con México y Uruguay para que reconozcan al opositor Juan Guaidó como el presidente “legítimo” de Venezuela.
En una rueda de prensa en el Departamento de Estado, al ser preguntado sobre la neutralidad de México y Uruguay, Pompeo respondió: “Pensamos que todos los países deben tomar pasos para lograr eso -la vuelta a la democracia- y no apoyar a esta cruel dictadura que ha causado tanta devastación para el pueblo de Venezuela”.
México y Uruguay son dos países que han abogado por el diálogo en la crisis venezolana, postura que parece acompañar el gobierno español cuando Pedro Sánchez supeditó a la realización de elecciones su pleno reconocimiento a Maduro.
Abrams, quien ha señalado que “la crisis en Venezuela es profunda, difícil y peligrosa”, dijo al conocer su nombramiento: “No puedo esperar para empezar a trabajar en el tema”.
Hoy celebramos a...