El relato bíblico de la Natividad contiene numerosas referencias históricas y descripciones de lugares y costumbres específicas que coinciden con lo que sabemos de esa épocaCada año durante las fiestas de Navidad vuelven las mismas preguntas sobre la autenticidad de lo narrado por los evangelios. Quizás porque la Navidad se ha secularizado enormemente en Occidente (o quizás debido a su asociación con el ficticio Santa Claus), muchas personas miran la Navidad como una historia igual de ficticia.
Después de todo, sin fe es difícil aceptar la visión de los ángeles que tuvieron los pastores, los Reyes que recorrieron tan larga distancia para visitar a un bebé y el parto de una virgen.
Aunque a muchos les gustaría descartar la validez de los relatos evangélicos de la Natividad, probablemente no se dan cuenta de que los dos registros más antiguos del nacimiento de Cristo proceden de fuentes fiables.
Mateo pasó años siguiendo a Cristo y disfrutó de una experiencia en primera persona de las historias, y Lucas fue un historiador que investigó cuidadosamente las declaraciones de los apóstoles hablando con personas que estuvieron presentes en los acontecimientos.
El relato bíblico de la Natividad contiene numerosas conexiones históricas y descripciones de lugares y costumbres concretas que coinciden con lo que se sabe de aquella época. El pastor Bryan Windle de la iglesia Island Bible Chapel, cree que es posible determinar la credibilidad de la historia de Navidad examinando estas conexiones, junto con las pruebas arqueológicas de las regiones donde tuvo lugar la Natividad.
La existencia de Nazaret
Un argumento común contra la historia de la Natividad es que Nazaret no existió en el siglo I como la describe la Biblia. Este fue el tema del libro de René Salm, The Myth of Nazareth, The Invented Town of Jesus [El mito de Nazaret, el pueblo inventado de Jesús]. Para ser justos con Salm, había muy poca evidencia arqueológica de la Nazaret del siglo I cuando escribió el libro.
Sin embargo, excavaciones arqueológicas recientes han apoyado el registro bíblico, ya que ahora tenemos abundantes pruebas que avalan la presencia judía en el lugar en el siglo I. Las excavaciones arqueológicas han descubierto silos de almacenamiento y cisternas de tiempos de Jesús, además de dos “casas con patio” del siglo I, una con puertas y ventanas todavía intactas.
Windle señala que el doctor Ken Dark, arqueólogo jefe del proyecto, ha presentado pruebas de una antigua veneración cristiana en el lugar, sugiriendo que podría haber sido el hogar de la infancia de Jesús.
El censo en Belén
En Lucas 2,1-4, César Augusto emite un decreto para realizar un censo nacional, el primero de su tiempo, siendo Quirino gobernador de Siria. Dos de estos puntos se han discutido: que no hubo ningún censo realizado en tiempos del nacimiento de Cristo (poco antes de la muerte del rey Herodes), y que Quirino no fue gobernador de Siria por entonces.
El problema se debe sobre todo a un error de imprenta en 1544 en la copia de una crónica del historiador judeo-romano Josefo, que luego se repitió en posteriores manuscritos, sugiriendo la muerte de Herodes en el siglo IV a.C. En un examen reciente de los manuscritos de Josefo de la Biblioteca Británica y la Biblioteca del Congreso de EE.UU., todos los 29 manuscritos fechados antes del 1544 señalan la muerte de Herodes en el I a.C.
El doctor Andrew Steinmann, distinguido profesor de Teología y Hebreo de la Concordia University Chicago, ha rastreado la muerte de Herodes hasta la fecha del eclipse lunar total del 10 de enero del I a.C., y el nacimiento de Jesús en torno al III-II a.C. Además, otros registros romanos muestran que, en efecto, Quirino fue gobernador de Judea durante el censo realizado en el III a.C.
El nacimiento de Jesús en un establo
La iglesia de la Natividad es un lugar popular de peregrinación durante la temporada navideña. Construida sobre una cueva en el 326 d.C., muchos creen que señala el lugar donde Cristo nació en un establo. Sin embargo, en ningún lugar del Evangelio se lee que naciera en un establo o un granero.
Lucas solamente dice que colocaron a Jesús en un pesebre y que no había más espacio en la posada. Cuando la gente escucha pesebre, de inmediato piensa en un establo, pero muchas casas de entonces disponían de pesebres dentro de la vivienda. Los arqueólogos han encontrado pesebres permanentes de piedra dentro de viviendas del siglo I que servían para alimentar a los animales destinados a sacrificio.
Es más, el arqueólogo Gary Byers ha señalado que la palabra que Lucas usa para “posada” es la palabra griega kataluma, una palabra que únicamente se emplea en otro lugar del Nuevo Testamento: en la historia de la Última Cena, donde se aclara mejor su traducción como “habitación de invitados” o “habitación superior”.
Si Lucas hubiera querido transmitir que se encontraban en una posada, habría empleado la palabra pandocheion, como hace en la historia del Buen Samaritano que lleva al hombre herido a un “albergue” o “posada” para viajeros.
Era habitual que en las casas de tiempos de Jesús hubiera habitaciones para invitados o una habitación libre arriba y, ya que se estaba realizando un censo entonces, parece razonable que muchos miembros de la familia hubieran vuelto a su hogar familiar, cosa que explicaría que no hubiera sitio para la Sagrada Familia.
Es probable que María y José estuvieran en una zona que sirviera de establo dentro de los límites de la vivienda, como una cueva, ya que las demás habitaciones ya se encontrarían ocupadas.
La visita de los pastores
Un poco más al norte de Belén había un lugar conocido como Migdal Eder, “la torre del rebaño”. Aunque la ubicación exacta se ha perdido, sabemos que se trataba de un lugar donde algunos pastores atendían a rebaños especiales destinados para sacrificio en el Templo. En Miqueas 4,8, hay una mención al lugar como “Torre del Rebaño”, curiosamente unas pocas líneas antes de profetizar el nacimiento del Mesías en Belén.
Por supuesto, no hay nada que confirme que los pastores que visitaron al Niño Jesús venían de aquí. Es probable que hubiera pastores cuidando de corderos pascuales la noche del nacimiento de Cristo. Entonces, parecería apropiado que los ángeles visitaran a los pastores para avisarles de la venida del Cordero Pascual definitivo.
La consagración de Cristo en el Templo
“Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: ‘Todo varón primogénito será consagrado al Señor’. También debían ofrecer un sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor”. (Lc 2:22)
El relato de la consagración de Cristo nos enseña dos cosas de la Sagrada Familia. Primero, que la Sagrada Familia era devota y respetaban cuidadosamente la ley. Segundo, que eran pobres, ya que Levítico 12,6 nos cuenta que el sacrificio de la purificación es un cordero de un año o, cuando la familia no podía permitirse un cordero, sacrificaba un pichón o una torcaza.
La visita de los Reyes Magos
En general se desconoce quiénes eran exactamente los “tres Reyes Magos” o los “tres sabios”. Mateo los describió con la palabra magoi, plural de magos, o magus. El diccionario de griego Thayer’s Greek Dictionary define magus como “el nombre dado por babilonios (caldeos), medes, persas y otros a los sabios, maestros, sacerdotes, médicos, astrólogos, videntes, intérpretes de sueños, augures, adivinos, hechiceros, etc.”.
Los magos que visitaron a Jesús debieron haber estudiado las Escrituras judías, ya que reconocieron las señales de varias profecías:
“Una estrella se alza desde Jacob, un cetro surge de Israel”. (Nm 24,17)
“Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial”. (Mi 5,1)
Contrariamente a la representación popular, los Reyes Magos no habrían estado allí para adorar al niño Jesús en la noche de la Natividad. Mateo usa la palabra griega paidion, que significa niño o niño pequeño, para describir a Jesús, no la palabra bebé.
El hecho de que Herodes estuviera matando a niños pequeños de dos años o menos, una decisión que tomó tras la información que recibió cuando los Reyes Magos vinieron en busca del Rey que acababa de nacer, sugiere que Jesús probablemente era un niño pequeño y no un recién nacido cuando llegaron los Reyes Magos.
Tampoco hay certeza de que fueran tres. Los Reyes Magos son representados como tres porque trajeron tres regalos: oro, incienso y mirra.
La descripción bíblica de la Natividad está rodeada de corroboración histórica. Aunque ninguna de estas conexiones demuestra de forma definitiva los eventos de la primera Navidad, sí demuestran que la Biblia es históricamente fiable. El resto depende de la fe.