Chile no suscribió el Primer Pacto Migratorio Mundial que fue firmado por más de 150 países miembros de la ONU por considerar que “el texto discutido en Naciones Unidas choca con las normas de Chile, para tener una migración segura, ordenada y regular”, según las palabras del Ministro de Relaciones Exteriores Roberto Ampuero.
Sin embargo, la Iglesia chilena siempre a lo largo del tiempo ha llamado a acoger e incorporar, plenamente, a los migrantes a la sociedad. Hace un año, la hermana María de Jesús, superiora de las Misioneras de la Caridad en Chile, decidió acondicionar las dependencias de la casona que se ubica al costado del hogar de niños “La Paz”, como un lugar para recibir a migrantes que estuvieran pasando por situaciones económicas y sociales complejas.
Llegaron a tener 60 personas, pero se decidió focalizarse en mujeres migrantes y que estuvieran embarazadas, “queremos que sea un lugar exclusivo para mujeres embarazadas o con bebés, porque vimos que ellas son un grupo muy vulnerable y no tienen dónde ir, muchas de ellas son golpeadas por sus parejas”.
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