La espiritualidad popular de los mexicanos sigue creciendo
Con el título de “Guadalupe, 2018”, el investigador Antonio Maza Pereda, articulista de SIGNIS México y de *El Observador*, entre otras publicaciones, ha reflexionado sobre el fenómeno guadalupano hoy, a trece años del quinto centenario de las apariciones marianas a San Juan Diego, en la colina del Tepeyac (al oriente de la Ciudad de México).
Para Maza, la espiritualidad popular de los mexicanos sigue creciendo. Pero el “modo mexicano de ser católico” sigue estando ligado fuertemente a la devoción mariana, en particular a la de la Virgen de Guadalupe.
Cerca de 82 por ciento de los mexicanos son católicos (es el segundo país con mayor número de católicos del mundo, con 105 millones de personas), sin embargo casi cien por ciento de los mexicanos se auto definen como guadalupanos.
“Sí, se dice que en México hasta los ateos son guadalupanos. No lo sé, pero sí conozco a un gran mexicano que es ferviente judío y que dice, a lo mejor en broma, que es el judío más guadalupano del país”, escribe Maza en su más reciente colaboración, con motivo de la fiesta del 12 de diciembre.
Por lo demás, el investigador y consultor constata un hecho: cada vez hay menos catolicidad en México. “En cuanto a los católicos, que fuimos en algún momento 98 por ciento de los mexicanos, en 2010 éramos poco más que 82 por ciento de la población y posiblemente en el censo de 2020 no alcancemos el 80 por ciento de la misma”, dice en su artículo.
Por otro lado, una encuesta contratada por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana estableció que menos de 30 por ciento de los católicos asisten con regularidad a la misa dominical. “Lo cual significa –escribe Maza– que nos declaramos católicos, que somos sociológicamente católicos, pero que no somos practicantes. No, al menos, de la manera que establece la Iglesia Católica”.
También existe una disminución tanto de la religiosidad popular como de las tasas de natalidad, lo que podría sugerir menos asistentes a la Basílica de Guadalupe durante el año y en los días previos así como el 12 de diciembre. Pero no es así, explica Maza.
En el culto guadalupano, la peregrinación a la Basílica de Guadalupe sigue teniendo un lugar muy importante en el calendario emocional de México (no obstante no sea fiesta «oficial» todo para en el país).
En 2017, más de veinte millones de fieles visitaron el santuario, de los cuales 7.2 millones, más de la tercera parte, lo hicieron en los días próximos a la celebración de las apariciones de María en el Tepeyac. La mayoría, entre cuatro y cinco millones, solamente el día 12 visitan a la «Morenita».
Este año se estima que visitarán el santuario más de ocho millones de fieles en esos mismos días. Un aumento de más del 11 por ciento en este 2018, muy por encima del crecimiento de la población y del crecimiento de los católicos mexicanos.
“Mucho hablamos de la pérdida de los valores. Mucho de la declinación de la Iglesia Católica mexicana. Pero el atractivo de María en Guadalupe, de la niña del Tepeyac, está vivo y actuante. No lo digo para que nos confiemos y dejemos a ella toda la tarea de la evangelización del país. Pero si es importante saber que en ella tenemos el gran apoyo para la salvación de nuestro País, sujeto a tantos peligros. En la medida que sigamos unidos a ella, en nuestra Patria triunfarán el bien, la verdad y la belleza”, termina diciendo Maza.