Cuando un hijo tarda en venir puede surgir un gran sufrimiento en la pareja. Un sufrimiento tanto más pesado de cargar cuando no se comparte en el seno de la pareja o con los allegados, cuando quizás se considera un tema tabú. Sin embargo, poder expresar las dificultades, los temores y las esperanzas es con frecuencia beneficioso y fructífero, en otro plano que el esperadoLos estudios demuestran que cada vez más parejas se enfrentan a problemas de infertilidad. Según el observatorio epidemiológico de la fertilidad en Francia, Obseff, después de dos años de intentos sin anticonceptivos, del 8% al 11% de las parejas todavía esperan quedarse embarazadas.
No obstante, la cuestión de la infertilidad hace temblar a la pareja. “Poco a poco, la culpabilidad, los silencios, las insinuaciones, causan estragos. Y escasean los lugares donde depositar este sufrimiento, donde poder compartirlo”, valoran desde Misión Caná, de la Comunidad del Camino Nuevo. Por eso organizan fines de semanas para que este tipo de parejas pasen “del sufrimiento a la esperanza”.
Guillaume Haudebourg, su organizador, invita a estas personas a “dedicar tiempo a rehacer la historia de su pareja, a hablar con sinceridad de su fecundidad, a plantear un discernimiento sobre los posibles caminos que seguir, en un clima de bienvenida y de clarividencia”. En efecto, a veces hace falta ayuda para discernir el camino de la fecundidad propia de cada pareja, para iniciar un proceso de perdón, orientado a la pareja o a Dios, y para comprometerse en una vía de curación interior.
Testimonios, formación, momentos a dos, tiempo de oración, de reconciliación, son algunos medios propuestos para intentar responder a una pregunta que, en última instancia, afecta a todas las parejas: ¿a qué fecundidad estamos llamados?

Vivir las etapas de la infertilidad, ¿cómo lidiar con ellas?
Aunque la medicina nos aporta algunas respuestas, es importante dedicar tiempo a discernir: hasta dónde llegar, cómo conciliar el deseo de tener un hijo con el respeto a la vida, qué solución es la adecuada para la pareja. Esta pausa es también una oportunidad para invitar a Dios al corazón de la espera y para poner en Sus manos vuestro proyecto de pareja.
Ojalá este proyecto se extienda por todo el mundo pues son muchas las parejas que padecen este sufrimiento.

Fertilitas: una plataforma web para matrimonios con problemas de fertilidad