Francisco ofició la misa en honor a la Virgen de Guadalupe en la Basílica Vaticana“Hijo y hermano latinoamericano, sin miedo, canta y camina como lo hizo tu Madre”, expresó el papa Francisco durante la misa con motivo de la celebración de la fiesta de la Virgen de Guadalupe en la Basílica del Vaticano este miércoles 12 de diciembre de 2018.
“En la escuela de María aprendemos el protagonismo que no necesita humillar, maltratar, desprestigiar o burlarse de los otros para sentirse valioso o importante; que no recurre a la violencia física o psicológica para sentirse seguro o protegido”, expresó el papa Francisco acompañado por 500 sacerdotes.
“Es el protagonismo que no le tiene miedo a la ternura y la caricia, y que sabe que su mejor rostro es el servicio. En su escuela aprendemos auténtico protagonismo, dignificar a todo el que está caído y hacerlo con la fuerza omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su promesa de misericordia”.
En esta escuela de María “aprendemos que su vida está marcada no por el protagonismo sino por la capacidad de hacer que los otros sean protagonistas”, sostuvo.
“Así -continuó – lo hizo con el indiecito Juan Diego y con tantos otros a quienes, sacando del anonimato, les dio voz, hizo conocer su rostro e historia y los hizo protagonistas de esta, nuestra historia de salvación”.

Afirmó que a través de Jesús, “María se vuelve la primera «pedagoga del evangelio»: “María nos enseña que, en el arte de la misión y de la esperanza, no son necesarias tantas palabras ni programas, su método es muy simple: caminó y cantó”.
“María, «pedagoga del evangelio», caminó y cantó nuestro continente y, así, la guadalupana no es solamente recordada como indígena, española, hispana o afroamericana. Simplemente es latinoamericana: madre de una tierra fecunda y generosa en la que todos, de una u otra manera, nos podemos encontrar desempeñando un papel protagónico en la construcción del templo santo de la familia de Dios”, expresó.

Indicó que “en la escuela de María aprendemos a caminar el barrio y la ciudad no con zapatillas de soluciones mágicas, respuestas instantáneas y efectos inmediatos”.
En su homilía aprovechó para destacar la diversidad cultural del continente: “En la escuela de María aprendemos a caminar la ciudad y nos nutrimos el corazón con la riqueza multicultural que habita el continente”.
Una escuela donde no se accede a “promesas fantásticas de un seudo-progreso que, poco a poco, lo único que logra es usurpar identidades culturales y familiares, y vaciar de ese tejido vital que ha sostenido a nuestros pueblos, y esto con la intención pretenciosa de establecer un pensamiento único y uniforme”.
El Pontífice dijo que María sabía de “cercanías”. “Es mujer que camina con delicadeza y ternura de madre, se hace hospedar en la vida familiar, desata uno que otro nudo de los tantos entuertos que logramos generar, y nos enseña a permanecer de pie en medio de las tormentas”.
En la ceremonia se escuchó el himno a la Virgen de Guadalupe, tocado por las Orquestas Sinfónicas Comunitarias de México. El programa estuvo dirigido a niños que habitan en polígonos de alta incidencia delictiva o pobreza patrimonial.
El 12 de diciembre del 2011, en el contexto del bicentenario de la independencia de los países de América Latina y del Caribe, el papa Benedicto XVI aceptó celebrar por primera vez esta fiesta en la Basílica de San Pedro. Y ahora se ha vuelto en una fiesta significativa en el Vaticano, celebrada por sexta vez, por el primer Papa latinoamericano de la historia.
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