Aleteia logoAleteia logoAleteia
viernes 26 abril |
San Isidoro de Sevilla
Aleteia logo
Actualidad
separateurCreated with Sketch.

Apocalypse Now sigue sucediendo en El Congo

APOCALYPSE NOW

Lionsgate Films

Jorge Martínez Lucena - publicado el 12/12/18

Como sucede en las historias de Conrad y de Coppola, la civilización de la libertad parece sostenerse sobre el suelo de la esclavitud

El corazón de las tinieblas (1899) de Joseph Conrad es literatura universal, en el tiempo y en el espacio. Cualquier lector puede reconocer su mensaje oscuro, pegado a la especie: el hombre dejado al albur de su deseo natural se convierte en un depredador de humanidad, hasta su propia desaparición, emboscado en la selva del nihilismo.

Nadie ha olvidado el que fue uno de los mejores papeles de Brando en el cine, el mefistofélico coronel Kurz de Apocalypse Now (1979). En aquella libérrima adaptación al cine hecha por Francis Ford Coppola, se actualizaba lo que el escritor polaco-inglés intentó plasmar en las páginas de aquel clásico: la tragedia nacida de la avaricia y la pulsión de dominación del hombre –civilizado- occidental.

La letra impresa revelaba el genocidio de las tropas del rey Leopoldo II en el Congo –belga. El celuloide retrataba la devastación de una absurda y despiadada guerra contra el comunismo que se convirtió en la devastación del pueblo vietnamita en los años 60 del siglo pasado. Devastación y deshumanización escenificadas en ambos casos a través de la metáfora del remonte de un río que nos adentraba en el origen ignoto e ignaro del ser humano, en el ocaso forzoso de un hombre sin redención, entregado al albur de su pecado.

Casi siglo y medio después de que el monarca belga iniciase la explotación colonial de la cuenca del río Congo, convirtiéndose en el propietario unipersonal de aquel país, expoliando sin tasa caucho, diamantes y demás piedras preciosas, las noticias de nuestra actualidad más urgente siguen contándonos la misma historia. En nuestro mundo supuestamente post-colonial la explotación sigue sucediendo. Esta vez con la coartada del business de empresas belgas y chinas. Las nuevas materias primas son, además del siempre preciado oro, los nuevos minerales preciosos de la era digital: el coltán y el cobalto.

El primero es un material indispensable para la fabricación de móviles y demás aparatos digitales. El segundo es indispensable para la fabricación de las poderosas baterías de los coches eléctricos, esto es, para la construcción de nuestro futuro sostenible, por lo menos el de los países ricos.

En el más recóndito Congo, sin embargo, la historia de El corazón de las tinieblas sigue sucediendo. Recónditas poblaciones mineras al más puro estilo far west africano. AKs-47, prostíbulos, trabajo a destajo, día y noche, en galerías excavadas sin apuntalar, violencia, violaciones, borracheras y muerte.

Todo confabulado para que el material humano siga siendo quemado en el horno de la historia, a fin de que se consolide nuestro bienestar, tecnología mediante. Todo mientras miles de hombres, mujeres y niños trabajan diariamente en condiciones de esclavitud, en minas propiedad de señores de la guerra que administran la injusticia y el sufrimiento ajeno enriqueciéndose, limpiando de barro las manos del neoliberalismo globalizado.

Como sucede en las historias de Conrad y de Coppola, la civilización de la libertad parece sostenerse sobre el suelo de la esclavitud. La ecuación sigue funcionando. En los centros comerciales fulgen las ofertas y los últimos modelos, nuestros efímeros caminos a la felicidad consumista, gracias al sacrificio de muchas vidas que luchan por sobrevivir al día y a la noche, que sueñan en las sombras, sumidos en tinieblas de polvo, con una vida mejor, a la que ellos no parecen tener derecho.

El cine y la literatura, de nuevo nos enseñan cosas interesantes sobre nuestro presente. Los clásicos yacen abandonados. Y serían una de las posibles fuentes de mejores conciencias, esto es, de un mundo mejor.

Tags:
cine
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.