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36 años después, su esposa cumple con su último deseo: descansar junto a su hijo

CASTAGNARI
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Esteban Pittaro - publicado el 11/12/18
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Los restos del capitán Castagnari, fallecido en la Guerra de las Malvinas, ya descansan con los de su hijo, como siempre había anheladoPor segunda vez desde el final de la Guerra de Malvinas, que en 1982 enfrentó a la Argentina con el Reino Unido de Gran Bretaña, un combatiente argentino caído en las Islas y allí sepultado fue trasladado a territorio argentino para el descanso eterno de sus restos. 36 años después. Ese era el deseo del capitán Luis Darío José Castagnari, cuyos restos fueron trasladados esta semana desde las Islas hasta la ciudad cordobesa de Río Cuarto.

“Si no vuelvo de Malvinas quiero que traigas mi cuerpo y me entierres junto a Gustavito”, le había dicho Luis a su esposa María Cristina antes de partir a la Guerra.

Se refería a su primer hijo, que había fallecido víctima de leucemia a los tres años. Pero desde entonces, y aunque el cuerpo de Luis había sido reconocido en el cementerio de Darwin cuando éste fue creado, María Cristina nunca había podido concretar su anhelo. Al cumplirlo, insistió en que no fue algo histórico, pero para ella, fue un momento de inmensa paz. Para los observadores, un inmenso gesto de amor esponsal.

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Esta semana, María Cristina pudo viajar a las Islas, que ya conocía por visitas anteriores al cementerio. Esta vez, le esperaba un féretro con los restos de Luis, despedido con honores militares británicos, honores que había recibido en la dignísima sepultura organizada por el británico Geofrrey Cardozo que ya reseñamos en Aleteia. Los restos de Luis descansaban en Darwin, identificados, no como el de los otros cuyas identidades están terminando de ser confirmadas en una misión humanitaria.

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Pero su deseo era regresar. Ya en Río Cuarto, los restos de Luis fueron recibidos con más honores, en este caso de las Fuerzas Armadas Argentinas, y también de los vecinos, que conocían de siempre la historia del héroe de Río Cuarto. En el Cementerio, se celebró una sentida ceremonia, presidida por el obispo de Río Cuarto monseñor Adolfo Uriona. Arropaban a Cristina y sus hijos autoridades nacionales, militares, y un amigo de Luis que lo acompañó en Malvinas el día de su muerte.

Uno no lucha porque odia lo que tiene adelante; uno lucha porque ama lo que tiene atrás”, expresó durante la ceremonia el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier general (VGM) Enrique Víctor Amrein.

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Al día siguiente, los restos de Gustavo fueron ya cremados y luego depositados en el cinerario de la parroquia de los Sagrados Corazones, donde ya reposaban los de Gustavito, con quien hace 36 años se reencontró en el cielo. En esa misma parroquia se había casado con María Cristina, su amada, que lo amó y peregrinó 36 años hasta cumplir su anhelo.

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