Aún permanecen en la retina los efectos devastadores en los últimos años –en especial entre 2015 y 2016- de las grandes sequías e inundaciones en varios países de América del Sur, al igual que en otros lugares del mundo como África y Asia a raíz del fenómeno conocido como “El Niño”.
Recientemente, quien se volvió a pronunciar sobre el tema ha sido la propia Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo internacional que fue enfático en señalar a través de un comunicado que “la probabilidad de que se produzca el episodio del El Niño en los próximos tres meses (hasta febrero de 2019) es del 75-80%”.
New #ElNiño Update: 75-80% chance of El Niño within the next 3 months, although not expected to be a strong event. More information: https://t.co/RBO2NXsVqlpic.twitter.com/u7j2u2DVcC
— World Meteorological Organization (@WMO) November 27, 2018
Si bien esta situación genera alarma, al mismo tiempo tiene un dejo de esperanza, pues también se manifiesta que “no se espera que su intensidad sea fuerte”. No obstante, cada vez que aparece la mención a este fenómeno meteorológico la preocupación crece en los lugares y países donde los sectores más vulnerables de la sociedad se transforman en los principales afectados.
Gente abandonando sus hogares, viviendas y poblaciones bajo agua o lugares sin posibilidad de producción de alimentos. Son tan solo algunas de las más crudas postales que reflejan la importancia de esta situación y que hace recordar aquello de los “refugiados climáticos” que mencionaba el papa Francisco en su encíclica Laudato Sí.
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¿Qué es el fenómeno de El Niño/La Niña?
A la hora de entender qué se entiendo por El Niño la propia OMM es la encargada de brindar una buena explicación:
“El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la circulación de la atmósfera suprayacente. Se trata de un fenómeno que ejerce una gran influencia en las condiciones meteorológicas y climáticas de numerosas partes del mundo”.
En cuanto a la situación actual, la OMM recuerda desde octubre de 2018 “la temperatura superficial del mar en las partes oriental y central del Pacífico tropical se encuentra en niveles correspondientes a un episodio débil de El Niño”. Sin embargo, en base a las predicciones, esto cambiará en los próximos meses por lo que la probabilidad aumentará.
“No se espera que el episodio de El Niño previsto adquiera la intensidad que presentó el fenómeno en el período 2015/2016, que comportó sequías, inundaciones y decoloración coralina en diversas partes del mundo”, asegura Maxx Dilley, director de la Oficina de Predicción del Clima y de Adaptación al Cambio Climático de la OMM.
¿Qué pasa cuando El Niño llega?:
“Con todo, todavía puede incidir notablemente en la distribución de las precipitaciones y las pautas de temperatura en numerosas regiones, acarrear consecuencias importantes para los sectores agrícola y de la seguridad alimentaria, así como también para la gestión de los recursos hídricos y la salud pública, y cabe recordar que en combinación con un cambio climático a largo plazo puede potenciar el aumento de las temperaturas mundiales en 2019”, agrega.
Mientras todo esto sucede, de forma coincidente se aproxima diciembre, se viene la Navidad y otro niño llega para colmar los corazones de todos, uno que nada tiene que ver con este otro “indisciplinado” vinculado al clima (parafraseando al propio Papa que hoy sorprendió a todos durante la audiencia general de y una referencia a un niño argentino con autismo que cobró protagonismo), que suele dejar efectos devastadores y que representa una clara advertencia sobre la necesidad de actuar rápido contra todo lo que tenga que ver con el cambio climático.
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