Nicté ahora ayuda a otras personas con heridas profundas desde la primera infancia
Traumas, dolor, tristeza, frustraciones, enfermedades, amargura, pecado, heridas emocionales –lesiones interiores que tristemente la gran mayoría ni siquiera sabemos que las tenemos- se nos pueden manifestar de estas y muchas maneras más. Uno de los milagros consiste en saberlas reconocer y darles la cara. Es decir, enfrentarlas hasta sanarlas.
Justo esto fue lo que hizo Nicté Sánchez Badelt, una talentosa empresaria mexicana. Es la orgullosa esposa de Ángel, un hombre que desde que lo conoció la invitó a vivir una vida de virtudes en el camino de Dios. Es madre de 6 hijos, la más pequeña de 3 años.
Hasta aquí todo parece de color de rosa y perfecto pero Nicté tuvo una infancia y adolescencia muy inestable y atropellada, de excesos y abusos, que le dejó graves heridas de abandono, rechazo y soledad.
Del sentido de pertenencia y del verdadero amor, ni hablar. Los vacíos de su vida se hicieron cada vez más profundos. Creció siendo atea. ¿Cómo creer en un Dios que permitía que una niña sufriera tanto?
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