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Su música emociona siempre, más aún ahora que sabemos que se llevó tres Grammy bajo el brazo en la gala de la noche del jueves: a la mejor canción, la mejor grabación y el mejor álbum de cantautor.
Antes hubo un doctor Drexler
Qué grande, Drexler. Porque sabemos que cuando nadie lo enfoca, se cuelga su guitarra a la espalda, se va al Hospital Severo Ochoa de Madrid y allí canta a los enfermos para hacer que sus horas de miedo sean más llevaderas. Y es que antes de profesionalizarse como cantante, Drexler fue el doctor Drexler: estudió la carrera de Medicina, se licenció y ejerció, como lo hizo su padre. Sabe bien lo que es el dolor.
Jorge Drexler, uruguayo de nacimiento y afincado en España, lleva tiempo vinculado al proyecto «Música en vena» y siempre ha sido generoso con su tiempo. Se coloca una bata blanca, llama a la puerta de la sala y pasa, como un ciudadano más, a sentarse junto a enfermos de diálisis, que a veces han de estar varias horas encadenados a la máquina, y así varios días a la semana. Suenan los acordes y las canciones de Drexler tocan el alma de los pacientes.
«Estoy convencido de que la música cura», dice el cantautor.