El objetivo eran las mujeres embarazadas. A ellas se les ofrecía dinero a cambio de que desistieran de abortar. Hasta aquí un hecho aparentemente loable. Sin embargo, la contrapropuesta también ha generado estupor, pues el propósito era quedarse con los recién nacidos para luego venderlos.
Este era el “modus operandi” de una banda de traficantes de bebés y niños que en las últimas horas fue desarticulada en la localidad de Arequipa, la segunda más poblada de Perú. La noticia generó conmoción a nivel local, pero también representa una clara señal de advertencia sobre un delito que se mantiene latente en varios países de América Latina.
Entre los involucrados –también generó gran consternación- está el exdirector general de la Policía Nacional de Perú Raúl Becerra Velarde, algo que trascendió luego de que la propia Policía detuviera a la supuesta expareja, además de otras personas.