Confesiones de su director antes de que se presente en México el 23 de noviembre¿Por qué Wim Wenders, uno de los directores de cine más aclamados del mundo, se ha lanzado en la peligrosa aventura de dirigir una película sobre el Papa Francisco?
A esta pregunta ha respondido el vencedor de la Palma de Oro de Cannes (1984) y del Oso de Oro a la carrera del Festival de Cine de Berlín (2015), antes de que se anuncie la distribución de esta gran producción en México, a partir del 23 de noviembre.
Según ha anunciado Gaby Jacoba, directora del Festival internacional de Cine Católico de México, “El Papa Francisco, un hombre de palabra” será presentada en 120 salas cinematográficas de la red Cinemex en los diferentes estados de la República.
Wim Wenders ha revelado a Aleteia.org cómo surgió el proyecto: “En diciembre de 2013, recibí una carta: me preguntaban si podía interesarme la realización de una película sobre el Papa. En esa época, tuve un encuentro con monseñor Dario Viganò, hombre culto, un estudioso del séptimo arte, quien me presento este desafío. ¿Cómo realizarlo? ¿Cómo grabarlo”.
“Quería que fuera una producción independiente, no ligada al Vaticano. De otro modo, no seríamos convincentes”, aclara. La petición fue acogida, pero la producción no fue fácil.
Monseñor Dario Viganò, que en esa época era prefecto de la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede, de la que hoy es miembro, reconoce que pensó en Wenders, a causa de la poesía y sensibilidad que demostró en su película “El cielo sobre Berlín” (conocida también en español como “Las alas del deseo”, 1987).
“Esos ángeles, tan alejados de una tradición casposa, marcados por la poesía de Dante y de Rilke, son como latidos de luz, o mejor dicho, como luz en movimiento, como el mismo cine”, explica Viganò.
“Y esa mirada de Wenders, tan profunda y ligera al mismo tiempo, me ha marcado con el pasar de los años. Por este motivo pensé en él para la realización de una película sobre el Papa Francisco”.
Detrás de las cámaras
En marzo de 2016 comenzó la grabación, organizada en cuatro sesiones con el Papa. La última fue en agosto de 2017.
“En total, hemos producido un total de ocho horas de grabación con el Papa Francisco –si tenemos en cuenta las diferentes cámaras son 20 horas–, así como 6 horas en Asís, con una cámara portátil Twenties, siguiendo las sugerencias de narración y estilo de Wenders”, revela monseñor Viganò, quien de 2004 a 2015 fue director de una revista italiana especializada en cine, “Rivista del Cinematografo”.
“Nosotros vimos la película, de 96 minutos, sólo cuando la edición había terminado. Y al verla me di cuenta de que no nos habíamos equivocado. La confianza estuvo bien depositada”, confiesa Viganò.
Por su parte, Wenders confiesa: “Nadie me explicó lo que se esperaban de mí. No había un objetivo concreto. Me dejaron solo, con una responsabilidad enorme: contar al mundo quién es Francisco”.
“Tiene una gran capacidad de conexión con las personas, se dirige a todas las personas de buena voluntad –añade el director–. El cine era el mejor medio para transmitir al público su pensamiento, su carácter. La televisión hubiera sido reductora. El Vaticano no se ha entrometido en ningún momento, no me ha pedido quitar o añadir nada”.
Un set sin protocolos
Para comprender el ambiente del set, basta saber que el Papa Francisco se presentó en una ocasión en la location, que tenía lugar en los jardines del Vaticano, en el minúsculo auto Fiat Panda que manejaba monseñor Viganò. No había choferes ni protocolo.
“Comenzamos a grabar –revela Viganò–. De repente, se alzó el viento y la capa del Papa se transformó en una especie de bufanda. ‘Stop’, tuvo que intervenir Wenders. ‘El viento lo ha movido todo’. Y el Papa me dijo: ‘Padre Dario, ¡así es la vida! Somos personas vivas, no piezas de museo’. Un vaso de agua y de vuelta a la grabación”.
http://www.youtube.com/watch?v=ZkbTZnBh8Q8
Trailer de “El Papa Francisco, un hombre de palabra”
El nombre de Francisco, un programa
“Pocos sabían lo que estábamos haciendo. Nuestra referencia no eran sólo los católicos, sino todo el mundo –sigue contando Wenders–. Quiero que el espectador pueda ver en los ojos al Papa, como lo hice yo. Él ha tenido el valor de llamarse Francisco en el siglo XXI”.
Wim Wenders recuerda cómo fue su primer encuentro con el Papa Francisco, minutos antes de que comenzara la grabación.
“Estaba muy nervioso –confiesa–, después me puso la mano en el hombro y me dijo: ‘He escuchado hablar mucho de ti, pero no he visto tus películas’. Suspiré como si se me quitara un peso de encima, al menos los dos comenzábamos de cero”.
En estos momentos no es posible terminar un diálogo con Wenders sin preguntarle qué piensa de la crisis que vive la Iglesia a causa de los abusos cometidos por obispos y sacerdotes.
“Francisco pide tolerancia cero ante este tipo de agresiones. Ha heredado el problema del pasado, y es el primero en afrontarlo”, comenta. “Francisco es el capitán que con su optimismo es capaz de hacer que no se hunda la barca”.