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Wilson, el cura que lleva esperanza a los hinchas más fanáticos del fútbol

PADRE WILSON
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Pablo Cesio - publicado el 04/11/18
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Un sacerdote futbolero y un mensaje particular para los amantes del deporte Su equipo perdió este domingo 28 de octubre y no alcanzó la punta del torneo local, pero él no baja los brazos. Pues el fútbol siempre da revancha.

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¿Pero qué hace un cura con un bombo en medio de una barra brava? Es la gran pregunta que surge luego de ver la imagen del padre Wilson Malavé confundido entre los torcedores del equipo de fútbol ecuatoriano Barcelona de Guayaquil (Ecuador).

 

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Efectivamente, el padre Wilson desde hace varios años se ha transformado en uno de los hinchas más emblemáticos de este equipo de fútbol sudamericano –integrante de la barra Sur Oscura- y es común verlo vestido con la camiseta de sus amores, cantando, vibrando, tocando el bombo y alentando.

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“Antes de ser sacerdote ya era barcelonista”, cuenta en entrevista con El Telégrafo. El padre Wilson es el párroco de la Iglesia de San Agustín en Guayaquil desde hace cinco años, aspecto que le ha permitido mayor acercamiento al club y a la hinchada.

Sin embargo, Wilson a pesar de su pasión por el fútbol, en todo momento recuerda que siempre quiso ser sacerdote y sabe muy bien cuál es su principal misión. Y muchas otras imágenes y eventos así lo confirman.

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Llevar a Dios al lugar que sea

“En la barra he descubierto amigos, a mi familia. Cuando sabes los problemas que hay adentro, es posible entender sus realidades. He hablado con los líderes, con la gente de los problemas (consumidores de droga y alcohol en exceso) y les he dicho que no dañen la fiesta y han cambiado de a poco. Ellos estaban acostumbrados a una mala vida y es muy difícil cambiar de golpe”, cuenta Wilson a El Telégrafo.

Es que para Wilson vincularse a este equipo de fútbol no solo lo ha llevado a formar parte de una barra brava desde sus aspectos más coloridos, sino que también suele estar dispuesto a escuchar y brindar consejos a quien se lo solicite.

“Desde que perdimos a 12 hermanos (miembros de “Los vagos de la 9” –como se conoce a esta barra- que fallecieron en un accidente el pasado 12 de agosto cuando regresaban del partido ante Deportivo Cuenca), hacemos una misa los 12 de cada mes”, comenta.

También es frecuente que los propios dirigentes del club lo convoquen para oficiar misa en la capilla del club o hablar con los propios jugadores a quienes les otorga charlas motivacionales y espirituales.  En ese sentido, uno de sus mensajes más elocuentes tiene que ver con entregar lo máximo a la cancha y que la victoria se la dediquen a Dios.

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El cura no debe solo parecer, sino “ser realmente cura en donde esté”, sentencia Wilson, un hombre encargado de llevar esperanza a los hinchas más fanáticos del fútbol y sin temor a hablar de Dios aún en los ambientes que parecen más complejos.

 

 

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