Según una investigación publicada en la revista india “Journal of Family Medicine and Primary Care” (al menos) 259 personas murieron sono morte scattando selfieEn un pasado no muy lejano, cuando las cámaras de fotos eran aún analógicas (en vez de digitales), realizar lo que ahora llamamos un “selfie” era a menudo algo un poco complicado, y requería por ejemplo tener un trípode o un caballete fotográfico.
Después llegó la fotografía digital, seguida de los celulares con cámara de fotos incorporada, y finalmente los smartphones, todos con doble cámara, una posterior y una anterior, ideal por tanto para los “selfies”, o autorretratos.
En tiempos rapidísimos, los selfies han conquistado al público, sobre todo a los jóvenes – pero no solo. Ya en 2013 el diario británico The Telegraph informaba de que los selfies se habían convertido ya en la imagen más popular entre los jóvenes, y que representaban ya el 30% de todas las fotos realizadas por las personas en la franja de edad entre los 18 y los 24 años.
Te puede interesar:
Murió por una “selfie”
El lado oscuro del selfie
En ese ansia por realizar el selfie “perfecto”, el más cool o lleno de adrenalina, y que obtendrá el mayor número de likes en las redes sociales, muchas personas, y en particular los jóvenes, tienden a arriesgarse, a veces demasiado, implicándose en accidentes graves y –por desgracia – a veces mortales.
Un estudio publicado en el número de julio-agosto 2018 del Journal of Family Medicine and Primary Care, la revista oficial de All India Institute of Medical Sciences, ilustraba justamente lo que definía “el problema emergente” de los “fallecimientos por selfie”.
De los datos recogidos por los investigadores indios, se desprende que entre octubre de 2011 y noviembre de 2017, 259 personas encontraron la muerte mientras estaban haciendo un selfie. Pero se trata, observan los mismos autores de la investigación, de una cifra parcial y por debajo de la real. “Es solo la punta del iceberg”, afirman.
Te puede interesar:
Los “selfies”, ¿moda o síntoma de un trastorno mental?
De hecho, en los certificados de defunción, los selfies nunca se citan como causa oficial del fallecimiento. Lo que implica que la cifra real de personas que encontraron la muerte mientras se estaban autorretratando es sin duda (mucho) más elevada.
Un segundo para sospechar de la parcialidad del resultado es el método usado por el equipo indio: investigaron en la red poniendo en los motores de búsqueda palabras como selfie deaths (muertos por selfie) o selfie mortality (mortalidad por selfie), obteniendo por tanto solo resultados o noticias en inglés, excluyendo todos los demás idiomas.
Número de accidentes
Según la investigación, las 259 víctimas se produjeron en 137 accidentes distintos, es decir, con una media de 1,89 víctimas – casi dos – por accidente. Tampoco faltan los ejemplos de accidentes en los que los implicados hallaran la muerte.
En enero de 2015, tres estudiantes universitari indios murieron embestidos por un tren en marcha, cuando cerca de la ciudad de Kosi Kalan, en el Estado de Uttar Pradesh, querían sacar en las vías un daredevil selfie (un selfie temerario), informa el Times of India.
Desconcertante resulta también otro accidente que tuvo lugar en India. En el distrito de Nagpur, en el Estado de Maharashtra, siete amigos – todos hombres entre 18 y 23 años de edad – perdieron la vida por ahogamiento en un embalse natural, cuando la barca en la que se sentaban empezó a hacer aguas y se volcó mientras hacían un selfie.
Otros datos
Es también inquietante el hecho de que el fenómeno esté aumentando exponencialmente. De hecho, el número de víctimas subió de 3 en 2011 (año incompleto) y 2 en 2013 a 13 en 2014, 50 en 2015, 98 en 2016 y 93 (año incompleto) el año pasado, según indica el informe.
Te puede interesar:
Selfie frente a la tragedia. Escandaloso, sí, ¿pero en qué sentido?
Entre las causas de este aumento, el informe menciona la difusión cada vez más alta de smartphones, de apps especializadas para realizar y retocar selfies, de accesorios como los selfie sticks, y finalmente, el fenómeno de concursos tipo “el mejor selfie”.
También es significativa la edad media de las víctimas: 22,94 años, o sea, casi 23 años. De todas las víctimas, 76 pertenecían a la franja de edad de 10 a 19 años, pero la proporción más importante, 106 víctimas, pertenecía a la franja entre 20 y 29 años. Solo 20 fueron las víctimas entre 30 y 39 años.
Además, prosigue la investigación, casi tres cuartas partes (el 72,5%) de las víctimas eran varones, y el restante 27,5%, mujeres. Respecto de los varones, 115 encontraron la muerte en situaciones definidas “de riesgo”, respecto a 27 mujeres. Fueron en cambio 38 los varones muertos en situaciones consideradas “no de riesgo”, respecto a 31 mujeres.
En lo que respecta a los países de origen, la gran mayoría de las víctimas procede precisamente de la India: 159, más de la mitad del total. En el segundo lugar está Rusia (con 16 víctimas),seguida por Estados Unidos (14 víctimas) y Pakistán (11 víctimas). Otras cinco víctimas procedían de Turquía, cuatro de España y tres de México.
La relación entre el número de víctimas y el número de accidentes es aproximadamente 1:1, excepto en India, donde es 2:1. Esta particularidad, junto al elevado número de víctimas en el país, tiene, según los autores del estudio, una doble explicación. La primera es que los selfies – sobre todo de grupo – son muy populares en la India. Además, añade el informe, es que la India es el país con mayor población de jóvenes (es decir, de edad inferior a los 30 años) del mundo.
Las causas
La primera causa de muerte durante un selfie son los ahogamientos. Son 70 las personas que en 32 episodios perdieron la vida en estas circunstancias. En el segundo lugar, con 51 víctimas (en 28 accidentes), resulta la explicación “transporte”, que incluye a las víctimas de selfies realizados demasiado cerca de las vías, o incluso delante de un tren en marcha.
Mientras que las causas “incendio” y “caída” (entre ellos algunos rooftoppers, escaladores de tejados y rascacielos, y también una pareja de turistas que se despeñó desde una escollera en Portugal) provocaron ambas 48 víctimas, impacta de diferencia en el número de episodios: de hecho, 41 accidentes se catalogaron como “caída”, respecto a uno solo (sic) en el caso “incendio”.
Te puede interesar:
Papa Francisco: “Hoy no se puede concebir a un joven sin hacerse un selfie”
Después están los fallecimientos por selfies ligados al uso de armas de fuego, donde el número más alto de víctimas – un dato que no sorprende – se registró en los EE.UU. Las víctimas por electrocución fueron 16 (en 13 accidentes), mientras que 8 murieron en siete accidentes por hacer selfies con animales.
Recomendaciones
Para evitar el número de estos fallecimientos, que ya reciben el nombre de “selficidios”, los autores del informe promueven la creación de No selfie zones, o sea, de zonas donde, por motivos de seguridad, los selfies están prohibidos. En Bombay, recuerda el estudio, existen ya 16, mientras que las autoridades de Indonesia quieren crear una en el Monte Merapi, uno de los volcanes más activos del país.
El fenómeno – o quizás mejor, el reto – de los selfies a toda costa, incluso a costa de la propia vida, tiene sin duda algo de desconcertante, como en el caso de dos jóvenes rusos que murieron por el estallido de una granada que tenían en la mano para hacer un selfie, recuerda el sitio Priceonomics. No menos desconcertante el caso de un ciudadano chino que cayó por un precipicio mientras intentaba hacer un selfie junto a una cascada. Parece que el hombre hizo un último selfie mientras caía.
Por lo demás, sin llegar a estos extremos, incluso un selfie sencillo se convierte a menudo en algo alienante, como observaba el papa Francisco el 14 de mayo pasado, cuando, durante el encuentro con la diócesis de Roma en la basílica de San Juan de Letrán contó una visita suya a la sede romana de Scholas Occurrentes.
“Estaban contentos de verme, pero pocos me daban la mano, la mayor parte estaba con el celular y gritaba: ‘¡Foto, foto, selfie, selfie!’. Su realidad es esa, ese es el mundo real, no el contacto humano. Y esto es grave. Son jóvenes virtualizados. El mundo de las comunicaciones virtuales es bueno, pero cuando se convierte en alienante, hace que te olvides de dar la mano, te hace saludar con el celular”, observaba el Pontífice.