La pausa no duró mucho. Aprovecho para mirar el reloj. Son las tres de la tarde, «la hora de la misericordia», como suele recordarse.
Continúo la marcha en medio de un profundo silencio que es solamente cuestionado por el sonido de mis pasos, las aves y la brisa que hace vibrar a los árboles. Elevo un poco la mirada y lo que tengo frente a mí es majestuoso: un enorme mausoleo donde descansan políticos y artistas influyentes de otros tiempos. Entre ellos, por ejemplo, Juan Zorrilla de San Martín, «el poeta de la patria», como se lo conoce en Uruguay. Un hombre de fe, fundador del diario católico El Bien Público, diplomático ante la Santa Sede y de fuerte incidencia en la vida pública de su tiempo. Entre sus hitos literarios se encuentra, entre otros, Leyenda Patria.
Vuelvo a desviar la vista y las sorpresas prosiguen. Imágenes religiosas que se mezclan con maravillosas obras artísticas, algo que se ha transformado en un rico patrimonio cultural (y a veces hasta algo contradictorio con la fuerte tradición de país laico que tiene Uruguay donde lo religioso suele quedar relegado a lo privado).
Me encuentro en el Cementerio Central, uno de los más famosos de este país sudamericano, un lugar que no suele estar muy concurrido, pero cada 2 de noviembre, Día de los Difuntos, comienza a llenarse de otros sonidos, de más personas que lo frecuentan no solo para rendirle honor a sus seres queridos, sino también para conocer un lugar cargado de historia, cultura y devoción.
Precisamente, esta última imagen, es algo que por estos días se repite en otros países del continente. Por estas fechas los cementerios suelen ser lugares de gran concurrencia (sitios de fe y respeto por los muertos, pero también un atractivo cultural en sus respectivas ciudades) y ellos representan en todos lados una gran ocasión para observar, rezar, sorprenderse y aprender.
A continuación la invitación es a viajar con la imaginación por los cementerios más famosos de América Latina, conocer historias, además de sus aspectos más curiosos. Entre ellos La Recoleta en Argentina, el Cementerio Central de Bogotá (Colombia), Páztcuaro (México), el Cementerio Central de Santiago o «las tumbas del fin del mundo en Punta Arenas». Pero también lugares como Presbítero Maestro (Perú), Tulcán (Ecuador), el Cementerio de La Paz (Bolivia) o incluso un camposanto judío, el más antiguo del continente, en Venezuela.
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Cementerio de la Recoleta, ícono porteño (Argentina)
El Cementerio de la Recoleta, en la Ciudad de Buenos Aires, tiene la particularidad de ser uno de los puntos de interés turísticos más importantes de la ciudad. Es considerado uno de los más bellos del mundo, incluso comparable al Père-Lachaise, de París.
Nació en 1822, cuando la Argentina comenzaba su camino independiente, como el primer cementerio público de la ciudad. Fue remodelado y embellecido en 1880, y desde entonces ha ido recibiendo a algunos de los argentinos más ilustres en majestuosas bóvedas y mausoleos, dignos en su decoración de capillas romanas.
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