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Ted Bundy es considerado uno de los asesinos en serie más peligrosos de finales del siglo XX. Antes de ser ejecutado en la silla eléctrica, admitió haber violado y asesinado a 36 mujeres. Sin embargo, expertos creen que fueron más de 100, aunque nunca se haya podido demostrar.
Su prototipo de víctimas eran estudiantes universitarias de cabello largo y oscuro; algunos lo atribuyen a que así era la novia que le había partido el corazón cuando era joven.
Una joven con estas características físicas estaba en la lista de Bundy, pero el consejo de su abuelita la salvó sin ella ni siquiera darse cuenta.
Una fuerza misteriosa
El asesino entró a la casa de hermandad Chi Omega de la Universidad Estatal de Florida y mató a dos de las chicas que estaban allí, pero cuando iba en búsqueda de su tercera víctima, “algo lo detuvo”.
Unos dicen que cuando entró a la habitación de la tercera joven armado con un bate, vio que tenía un rosario entre sus manos mientras dormía y, aunque quería acabar con su vida, sintió una fuerza misteriosa que se lo impedía.
Otros aseguran que esta “fuerza misteriosa” le advirtió que ni siquiera entrara a esa habitación.
En cualquiera de los dos casos, esta joven no murió esa noche y confesó que su abuela le había pedido que siempre al final del día rezara el rosario para que la Virgen la protegiera; incluso si estaba cansada y se quedaba dormida recitando los misterios, como pasó esa noche.