Mientras la Caravana de Migrantes avanza en territorio mexicano, y otros contingentes se le unen en el camino hacia la frontera con Estados Unidos, el Departamento de Defensa estadounidense anunció que desplegará a, por lo menos, 5.200 soldados en activo a la frontera con México a finales de esta semana para fortalecer la seguridad y evitar el paso de un contingente que podría llegar a 3.000 personas.
Ciertamente, hasta el momento suman más de 7.000 personas las que se han integrado a la Caravana que partió de San Pedro Sula (Honduras) hace un par de semanas. Pero muchas de ellas regresarán a sus países de origen, han visto o verán la posibilidad de buscar refugio en México. Otras serán deportadas o desistirán cercano el fin del viaje que podría ser en otras dos o tres semanas.
Pero esto apenas si cuenta en la concentración militar que propone el Gobierno de Estados Unidos. De hecho, un grupo inicial de 800 militares se dirige ya a la zona fronteriza con Texas, de acuerdo con Terrence O’Shaughnessy, a cargo del Comando Norte de Estados Unidos.
Esta zona, colindante con el Estado mexicano de Tamaulipas, ha sido la zona mas usada por los inmigrantes centroamericanos para tratar de cruzar la frontera e internarse a Estados Unidos.
El despliegue es la primera de varias medidas que el presidente Donald Trump ha estado considerando desde hace semanas, que también incluirían emitir un decreto que prohíba temporalmente el ingreso de cualquier persona de Centroamérica al territorio estadounidense, incluso personas que estén en busca de asilo o refugio.
“No permitiremos que un grupo grande entre a Estados Unidos de manera ilegal e insegura”, dijo Kevin McAleenan, el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). “Debemos estar preparados para el arribo potencial de un grupo mucho más grande”, dijo McAleenan.
¿Es posible cerrar la frontera con México?
Se trata de una de las amenazas de Donald Trump conforme avanza la Caravana y se acerca las elecciones intermedias del 6 de noviembre en Estados Unidos: cerrar la frontera con México, para evitar la entrada de miles de migrantes centroamericanos.
La primera mención de un posible cierre de la frontera se dio a través de un tuit publicado la mañana del 18 de octubre, en el que “pedía con toda firmeza” que el gobierno de México el embate de la Caravana, y de no hacerlo enviaría tropas y cerraría la frontera sur de su país.
En un par de ocasiones, Trump ha tuiteado sobre esta posibilidad a la que, técnicamente, podría acceder. Pero no solo afectaría negativamente a los centroamericanos que buscan ingresar a Estados Unidos.
Afectaría a México y a los propios estados del sur de Estados Unidos, que dependen en mucho de su socio estratégico del sur. Y estamos hablando de, por lo menos, dos motores de la economía estadounidense: Texas y California.
En dos ocasiones presidentes estadounidenses han cerrado de manera parcial los cruces fronterizos. La primera fue en 1985, durante la administración de Ronald Reagan, en reacción a la desaparición del agente de la Agencia Antidrogas (DEA), Enrique “Kiki” Camarena. Este cierre temporal fue una estrategia para presionar al gobierno mexicano –entonces bajo el mando del priista Miguel de la Madrid– a dar con el paradero de Camarena, quien había sido torturado y asesinado por narcotraficantes.
La segunda clausura de la frontera con México fue el 11 de septiembre de 2001, tras los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York y al Pentágono, con George W. Bush en la Casa Blanca y Vicente Fox en México. Ciertamente, se trató de una clausura momentánea.
En esa ocasión el flujo del tránsito fronterizo se reanudó horas después de los actos terroristas, pero le precedió un endurecimiento de los procedimientos de inspección, que resultaron en demoras en los tiempos de cruce que impactaron significativamente al comercio y, consecuentemente, a las economías de ambos países.
Ensayo general
Por otro lado, agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos realizaron ya un ensayo de operativo antidisturbios en uno de los puentes internacionales de El Paso (Texas), ciudad fronteriza con Ciudad Juárez (Chihuahua) justamente donde el Papa Francisco estuvo en 2016 y abogó por una comprensión integral del fenómeno migratorio en América.
En este ensayo, alrededor de cien agentes, con armas largas, equipo antimotines y encapuchados, se colocaron a unos metros de la línea que divide Estados Unidos con México y realizaron una serie de formaciones tácticas durante unos cuarenta minutos, mientras un helicóptero de CBP sobrevolaba la frontera.
El entrenamiento tomó por sorpresa a cientos de usuarios del puente internacional Paso del Norte, quienes, al ver obstaculizado el puerto de entrada a Estados Unidos, tuvieron que esperar de pie o a bordo de sus vehículos, del lado mexicano de la frontera.
Rubén Jáuregui, portavoz del departamento de Aduanas y Protección Fronteriza del sector de El Paso, dijo a la agencia española de noticias Efe que se trató de un “operativo” con el fin de que los agentes que protegen la frontera con México estén preparados para la eventualidad de un incidente. “Tenemos que asegurarnos de que estamos preparados para cualquier incidente”, aseguró Jáuregui.
El funcionario declinó comentar acerca de la relación entre el operativo y las caravanas de miles de centroamericanos que avanzan por México con la intención de pedir asilo a su llegada a Estados Unidos, sin embargo es poco menos que evidente que del lado estadounidense existe la intención de proteger, a como dé lugar, el tema de la invulnerabilidad de la frontera o de su cierre total.
Hoy celebramos a...