Él no lo sabe pero su actitud demuestra que odia a las mujeres. ¿Por qué? Algún trauma infantil puede tal vez ser la respuesta a esta pregunta.La misoginia es rechazo, odio y/o prejuicios exagerados hacia las mujeres en general. Está basada en creencias irracionales, por ejemplo que la mujer es mala de por sí, que no piensa o que es inferior al hombre. O que cuando actúa de una cierta manera, pretende hacerle daño.
En muchos casos los misóginos ni saben que odian a las mujeres pues la misoginia es algo bastante inconsciente. No es que odien a las mujeres, sino que experimentan un rechazo irracional hacia la mujer en general, o hacia algunos aspectos de la psicología femenina. Y este rechazo está muy conectado con traumas vividos en la infancia, y relacionados con la figura femenina – muchas veces, con la madre.
No podemos tener una sociedad emocional y psicológicamente saludable sin hombres emocionalmente y psicológicamente sanos. Los hombres que están siendo impulsados por la energía emocional y psicológica de traumas desde la infancia, sean estas conscientes o no, seguirán creando sufrimiento hasta que no vengan resueltas.
La madre es la artífice y la causa inicial del futuro desarrollo del hijo. Está claro que no podemos reducir ni simplificar el análisis de las causas sobre los comportamientos equivocados o trastornos de los adultos como si todo fuera debido a la mala conducción inicial de la madre en su relación con el recién nacido.
Sin embargo, la incidencia de los primeros meses y años es hoy día innegable desde el punto de vista científico. Por esto mismo, todo lo que se pueda hacer por tutelar la mujer en su vocación de maternidad será siempre una prioridad en cualquier sociedad que quiera reconocer el ser humano como centro y fin del desarrollo social.
Psicologías infantiles heridas por actitudes y carencias de la madre
Es evidente que una relación poco estable desde el punto de vista emocional por parte de la madre puede generar una herida en la psicología del hijo.
Esta herida supone una lesión en la psique de un niño por carencias en la relación materno-filial. En algunos casos, es el resultado de la ausencia o falta de disponibilidad de una madre debido a muerte, enfermedad, adopción u otras circunstancias que separan dramáticamente al niño de la madre.
Pero también es común que esta herida sea originada por el cúmulo de lesiones a lo largo de los años en la psique del niño. Es fruto de la manera de actuar de la madre, conscientemente o no, desde su propia herida o desde sus propios límites psicológicos e historia personal.
Esta herida puede predisponer al hombre a la vulnerabilidad y susceptibilidad a aspectos oscuros o negativos de lo femenino, así como condicionarlo a la ceguera y a la no aceptación de ciertos comportamientos en las mujeres.
De igual manera se puede desarrollar un mecanismo de misoginia por el que la estima de la figura femenina será siempre penalizada por los recuerdos negativos vividos en el pasado.
¿Qué hacer?
Es necesario trabajar conscientemente para superar heridas de la infancia
1. Tomar conciencia de estas heridas que pueden estar escondidas sin ser reconocidas y estar sin cicatrizar. Hacen daño a los hombres y a todo el contexto social que frecuentan, principalmente a su matrimonio (si es que lo tiene) y familia.
A menudo parece que estamos inundados con una corriente aparentemente infinita de historias sobre misoginia, abuso y violencia infligida hacia las mujeres. Es importante tener presente que muchos de estos hombres están siendo impulsados, al menos en parte, por la poderosa e inconsciente energía emocional de una experiencia negativa o herida aun no resuelta.
2. Solicitar ayuda profesional: La Psicología hoy ofrece muchos instrumentos concretos para identificar estos problemas e idear un plan de trabajo concreto que pueda orientar las persona hasta que superen los traumas originados en su niñez o años atrás.