La principal preocupación del Papa Francisco sobre Venezuela son los muertos. Por ello, en el marco de una diplomacia de paz, la Santa Sede avanza en sus esfuerzos por hallar soluciones al complejo panorama sudamericano
La prioridad del Papa y de la diplomacia que ejerce en todo el mundo a través de la Santa Sede es la paz. Así lo afirmó el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, al asumir su resposabilidad crucial en la geopolítica vaticana. Y lo acaba de ratificar su sucesor en Venezuela, el actual nuncio apostólico Aldo Giordano, al brindar una ponencia a la que acudió Aleteia, que contó con buena parte del cuerpo diplomático acreditado en la nación sudamericana.
Al hablar sobre la fraternidad entre los países, el prelado dijo que ello exige “una diplomacia desarmada”, al señalar que quien se presenta “armado” genera reacción armada y conflicto. Mientras que quien acude “des-armado”, en vez, “des-arma”, vence las armas, desactiva la violencia que destruye, desmiente la lógica de la guerra, muestra la banalidad de la arrogancia e introduce la novedad de la paz.
En este aspecto, advirtió Giordano que “un mal de fondo de Venezuela es la polarización y la lucha de poderes, donde el ganador tiene la perspectiva de eliminar al otro, visto como un enemigo”. Los que se presentan armados, dijo, “usan la democracia e incluso las elecciones no para la convivencia, sino para eliminar al adversario, al enemigo, sin tener en cuenta el precio tan caro a pagar, que es la explosión de la violencia”. Sostuvo igualmente que los líderes a menudo no tienen la valentía de trabajar desarmados, si su base más popular, especialmente en las redes sociales, llama a la guerra.
El Decano de la Diplomacia presentó un decálogo de buenas normas y dijo que la paz es la primera preocupación del Papa Francisco para los pueblos de la tierra “y es la prioridad de la diplomacia de la Santa Sede”. Recordó que el Pontífice es consciente de las amenazas a la paz que vienen del terrorismo; del fenómeno de la migración y los refugiados; del cambio climático y todas las cuestiones ambientales”, por lo que llamó también a pensar en la recepción en el mundo de la Encíclica Laudato sì.
“¡Nadie puede devolver un hijo muerto a sus padres!”
Quieran entender la posición del Papa con respecto a Venezuela y todos los pueblos del mundo, “deben entender que su primera preocupación es la violencia, la posibilidad de víctimas”, aclaró. En este sentido, enfatizó: “Nadie puede devolver un hijo muerto a sus padres. Las iniciativas y las intervenciones del Papa Francisco lo han convertido en un protagonista mundialmente reconocido, de la paz”.
“Francisco, en este tiempo devastado por los conflictos y por una «guerra mundial en pedacitos», está convencido de que ningún pueblo merece la violencia y de que ningún pueblo está obligado a resolver con la violencia las tensiones que se han creado. Siempre hay otra posibilidad”.
Giordano dijo que la referencia a la fraternidad universal “aleja de alineaciones geopolíticas preconcebidas”. En este aspecto, aregó que el Papa no suele repartir razones o errores, “ni sumarse a frentes predefinidos con base en los compromisos de grupo”.
Citó como ejemplo “la libertad con la que se relacionó con líderes como Fidel y Raúl Castro, de Cuba; (Barack) Obama y (Donald) Trump, de Estados Unidos; (Vladimir) Putin, de Rusia; Rouhaní, de Irán; (Nicolás) Maduro de Venezuela, el deseo de reunirse con Xi Jinping de China, el reconocimiento del Estado de Palestina y la necesaria seguridad de Israel”.
También mencionó “su visita en Colombia para impulsar el proceso de paz después más de cincuenta años de violencia, la contribución para abrir nuevos caminos entre Cuba y Estados Unidos, el envío de un delegado en Venezuela para acompañar el tentativo de un difícil proceso de diálogo”.
Se trata por ende de “indicios de que ‘la Santa Sede ha establecido o quiere establecer relaciones directas y fluidas con las superpotencias, sin querer quedar atrapada en redes pre-confeccionadas de alianzas’ e influencias”.
Gracias a esa distancia de las ideologías que alimentan los conflictos, justificó el experimentado diplomático: “El Papa Francisco puede indicar y denunciar sin rodeos los factores estructurales que representan la verdadera raíz de los conflictos: la pobreza, la explotación, el tráfico de armas…”
“El Santo Padre vive una cultura del encuentro: es una persona que encuentra personas y compromete profundamente su vida y su ser; y trata que el otro, su interlocutor, se comprometa a sí mismo”.
Por ejemplo, dijo el nuncio: con el Patriarca Bartolomé de Constantinopla, con el Patriarca Kirill de Moscú y de toda la Rusia, “con el Catolicós Karekin II de Armenia, el Patriarca llja de Georgia, con líderes de las iglesias de la Reforma, ha instaurado una verdadera amistad; y esto nos permite pensar que también en el ecumenismo se necesita el encuentro de las personas, la confianza personal y la voluntad de construir unidad”.
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Postverdad de Venezuela en redes sociales
“Un lugar de encuentro y enfrentamiento que me impresiona hoy también en Venezuela es el de los medios de comunicación y especialmente de las redes sociales. En las redes se comunica, se encuentra, se interpreta la realidad, pero igualmente se crea la realidad, se inventa, se falsifica, se ataca, se destruye. Los acontecimientos que hablamos cada día en Venezuela son prácticamente virtuales. La realidad o la verdad de los hechos parecen siempre más inaccesibles. Un paradigma de un mundo que vive en la post-verdad”.
El también Decano del Cuerpo Diplomático en Venezuela dijo que cuando se experimenta el desierto de la historia, “son necesarias personas que inicien el proceso de transformar el desierto en floresta, plantando nuevas semillas y plantas”.
En tal sentido, señaló que “cuando un pueblo está cansado, sin confianza en el futuro, herido de la injusticia y pobreza, se requieren personas capaces de encaminar el proceso para volver a crear el pueblo para abrir a otra posibilidad”. Con tal argumentación, hizo votos porque iniciativas como las de la revista Diplomacia, que organizó el encuentro, se sume a “un laboratorio de búsqueda de esta otra posibilidad”.
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