Hay niños que deciden dejar de hablar con sus papás por un alarmante motivo
Muchos papás se quejan de que sus hijos no hablan con ellos. Sin embargo, los especialistas creen que ese fenómeno no es solamente algo de la personalidad del niño, a veces se trata de un error de los papás.
En la mayoría de los casos, los niños dejan de hablar con los papás por decisión propia.
Es normal que existan niños menos comunicativos que otros. Pero a veces somos nosotros mismos quienes provocamos esa situación. ¿Por qué somos responsables de que no hablen con nosotros? Porque no siempre sabemos oír.
Como adultos, sabemos identificar cuando alguien no nos presta atención o no parece interesado en lo que decimos. Podemos llegar a creer de manera equivocada que los niños no entienden.
La importancia de la comunicación eficaz con los niños empieza desde antes del nacimiento. Se cree que el feto logra reconocer la voz de la mamá. Por eso, debemos hablar con nuestros hijos aún cuando están dentro de la barriga. Desde la gestación, también es importante escuchar. Pero no siempre sabemos hacerlo.
Según los especialistas, saber escuchar a nuestros hijos es tan importante como dar cariño. Desde nuestra perspectiva adulta, podemos reconocer la importancia de tener a alguien que nos oiga. Un niño siente eso de la misma manera. Sentirse oído es poder confiar en esa persona. La confianza que el pequeño necesita para poder hablar, la obtiene de los que lo oyen.

Aprende a escuchar a tu hijo
Es posible que estemos provocando el distanciamiento, incluso inconscientemente. No se trata solamente del afecto que transmitimos con esa acción, sino que también necesitamos saber sobre ellos. Es indispensable que conozcamos sus gustos, si tienen algún problema o si se están sintiendo mal. Por lo tanto, saber escuchar a los niños no es algo superficial o meramente melancólico.
A continuación, te mostraremos algunos temas desarrollados por los psicólogos para aprender a escuchar a los niños.
Haz un examen de conciencia y acepta la verdad
Lo primero que los especialistas nos aconsejan es hacer un auto-examen de conciencia. No tenemos que exponer los resultados públicamente, pero es importante reflexionar. ¿Será que realmente estamos escuchando con atención o solamente por obligación? ¿Tenemos tiempo y mostramos interés por lo que nos dicen?
Es típico poner como disculpa que estamos ocupados: «Después me cuentas, ahora estoy ocupada». Tal vez lo que el niño nos tiene que decir puede esperar, pero para él es importante que escuches. Sin darnos cuenta, podemos estar haciendo eso de forma regular. Por lo tanto, el niño empieza a pensar que intentar hablar con sus papás es un esfuerzo en vano.

No lo obligues a hablar
Para que el niño hable, debes ganarte su confianza, él mismo debe querer hablar. No esperes que te cuente sus cosas por obligación y mucho menos lo presiones para que lo haga. Dale tiempo para que te cuente, pero con delicadeza. Nada de un ultimatum o exigir de manera brusca. Nadie responde adecuadamente cuando se siente amenazado.

Procura no interrumpir
Recuerda que, para los niños, no es fácil encontrar las palabras correctas para expresarse. Por lo tanto, es importante esperar a que terminen de hablar para preguntarles algo o hacer comentarios.
Aunque tengamos la idea de lo que se trata, es preferible que él mismo lo diga. Además de ser un buen ejercicio de comunicación, es uno de los secretos para aprender a escuchar.

Practica la escucha activa
El método de la escucha activa propone una serie de pasos para mejorar nuestra comunicación con los niños. Ese método consiste en mostrar interés verdadero por lo que dicen, estar a la misma altura, mirarlo a los ojos y hablar realmente.
Para eso, es necesario hacerles saber que los oímos, no solamente moviendo la cabeza, sino respondiendo a sus preguntas y haciendo las nuestras.

Evita juzgar
La mayoría de las veces, buscamos quien nos oiga solamente porque queremos hablar. No estamos esperando consejos y mucho menos un juicio. Aunque no estemos de acuerdo con lo que nos cuenta que hizo, es conveniente esperar a que termine e intentar no juzgarlo inmediatamente.
A veces hay cosas que necesitan corregirse rápidamente, pero otras no son tan graves y pueden esperar. Cuanto más juzgamos a los niños por cada cosa que dicen, menos querrán hablar con nosotros.

Saca tiempo solamente para escuchar
Intenta encontrar un momento entre tus obligaciones para hablar con tus hijos. Un tiempo libre de distracciones, sin lavadoras, televisión o celular de por medio.
Conviene que sea un momento oportuno para preguntar cómo fue la escuela, sobre los amigos y otras preguntas que nos permitan conocerlos mejor.
Por Sou mamãe