El papa Francisco pidió perdón por los escándalos y dedica una hora santa a más de mil jóvenes del movimiento Hakuna el viernes por la tarde. En la basílica de San Pedro, El pontífice ofreció palabras de dolor por la incoherencia, los escándalos y la mundanidad que escandaliza con razón a los jóvenes. En su discurso sin papeles en la mano, el pontífice dijo que la Iglesia necesita de ellos, especialmente de su ser “inconformistas”.
“En primer lugar, les quiero pedir perdón por los escándalos que ocurren dentro de la Iglesia, no solo los escándalos de abusos, escándalos de mundanidad, de apego a valores que no son evangélicos, de incoherencia de vida“, dijo el Papa latinoamericano. “Ustedes ven eso y dicen yo me hago ateo…Perdón por escandalizarlos. Siento dolor”, añadió.
Francisco exhortó a los jóvenes a no abandonar a la Iglesia: “No es demagogia, la Iglesia los necesita”. “Ustedes ven eso y dicen yo me hago ateo….Perdón por escandalizarlos.Siento dolor por esto y pienso en los errores de nosotros, los pastores. No los aparten de Jesucristo, que es la única fuente de felicidad”, agregó.
El Papa participó al encuentro de oración eucarística del movimiento apostólico Hakuna en el Vaticano, cuyo carisma se ha extendido ya a 13 ciudades españolas constituida desde 2017 como una asociación privada de fieles.
En este contexto, el Papa no quiso realizar un discurso formal, sino ser sincero con los jóvenes, mientras en Roma se celebra un Sínodo dedicado a ellos (3-28 de octubre). “La opinión de ustedes es importante, que sea la comunidad, junto con el sacerdote, que sí tiene la autoridad, la que decida y proponga. La opinión y fuerza de ustedes es fundamental para nosotros. No es demagogia, la Iglesia los necesita. Sino se queda, no sin futuro, sin presente”, señaló.
El papa Bergoglio clamó por los errores que comenten en algunas ocasiones los pastores de la Iglesia así como “cuando un pastor se olvida de ser pastor y se convierte en patrón”. “Ese clericalismo que hace tanto daño, les pido perdón también por eso”, abundó.
Francisco explicó un tríptico de valores que los jóvenes no deben perder: alegría, inconformismo, y compasión. Les pidió ser protagonistas de su tiempo y no jóvenes que “balconean”, es decir, que ve las cosas pasar y con destaco. “Salgan al mundo, sean protagonistas, la felicidad es posible, no sean mediocres”, insistió.
Respecto al Sínodo y a lo que la Iglesia espera de ellos, dijo: “Participen, cuestionen, propongan ideas. Si la música les parece aburrida compongan ustedes canciones con letras y ritmos alegres. En serio, lo digo alto y claro: una Iglesia sin jóvenes, no es Iglesia. Inconformismo, no se conformen con poquito. Con los vidrios de colores. No, busquen lo que tiene valor”.
“Si no se quedan (los jóvenes), la Iglesia se queda no solo sin futuro, sino también sin presente”, expresó.
Por su parte, el grupo de casi mil quinientos jóvenes ha traído como obsequio al Obispo de Roma un cuadro pintado por la artista Matoya Martínez-Echevarría, una medalla y además de adherir a la causa del papa como voluntarios a favor de la integración y la acogida de los migrantes, en especial de aquellos venidos de Marruecos por la cercanía fronteriza.
Lo que comenzó en Madrid ahora ya se ha extendido por otras 12 ciudades: Barcelona, Valencia, Alicante, Cartagena, Murcia, Málaga, Granada, Mallorca, Salamanca, Lleida, Girona y Zaragoza. Hay más de 20 grupos formados.
El Papa prosigue su participación activa en la sesiones mañana y tarde del Sínodo. Además ha pedido tres minutos de silencio por cada cinco intervenciones para escuchar y discernir sobre como la Iglesia debe acoger, acompañar y servir a los jóvenes.
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