Los frescos de la Capilla Sixtina no solo están en el Vaticano, también están pintados tanto la Creación como el Juicio en la Ciudad de México, concretamente en el templo del Perpetuo Socorro, situado en el corazón de la colonia que lleva el nombre del último tlatoani (rey, emperador, jefe máximo) de los aztecas: la colonia Moctezuma.
Fue otro Miguel, don Miguel Macías, quien tardó 18 años en hacerlo, sorteando todo tipo de contratiempos. No lo hizo, por supuesto, en solitario como el genial artista italiano. Muchos colaboraron con esta réplica que, sin duda, será visitada por miles de personas, fieles y curiosos, pues está situada en un barrio popular de la capital mexicana.
El arzobispo primado de México, cardenal Carlos Aguiar, bendijo recientemente la réplica de los frescos de la Sixtina en el techo del templo del Perpetuo Socorro.
“Es una satisfacción muy grande haber iniciado, pero más haber concluido con estos trabajos después de dieciocho años. No fue una tarea fácil, pero mis colaboradores y yo, fuimos inspirados y dirigidos por la mano de Dios”, adelantó Macías, quien es diseñador gráfico de profesión.
Y agregó en entrevista al periódico *Desde la Fe*: “Eso no cabe duda, porque todos pasamos por infinidad de pruebas: caídas, fracturas, problemas económicos y familiares, obstáculos para realizar la obra, entre muchos otros”.
En 1999 hizo una visita a Roma, donde asegura, “tuve la suerte de admirar el arte universal, primordialmente en la Capilla Sixtina, me maravillaron los frescos de Miguel Ángel acerca de la Creación y el Juicio, así como los de otros artistas. Caminé entre la gente para hacer las mediciones con mis pasos, de más o menos un metro; al llegar a México vi que las medidas de esta parroquia coincidían muy bien con las del recinto en Roma, y ahí comencé mi trabajo”, relató Macías, en entrevista para *Desde la Fe*.
La obra dio inicio en 2001; en ella, el émulo de Miguel Ángel contó que el apoyo de la Iglesia, de los particulares y del Gobierno de la Ciudad de México, pero él sufragó el gasto de la mayor parte del material utilizado para completar los catorce lienzos que integran la monumental obra hecha en acrílico.
Aunque la réplica no es exacta en cuanto a las dimensiones, pues el techo del templo del Perpetuo Socorro es diez metros más bajo que la Capilla Sixtina, el artista asegura que “es mejor” debido a que los visitantes pueden admirar las pinturas “mucho más de cerca que la original”.
Y el trabajo no acaba para don Miguel, pues asegura que ya está pintando en el templo de San Juan de los Lagos en la Colonia 20 de Noviembre (también en la Ciudad de México), “hay más apoyo económico, estamos pintando a los cuatro evangelistas en la cúpula, con la misma técnica de primero pintar los lienzos y luego pegarlos al techo”.
*Con información de Desde la Fe*
Hoy celebramos a...