Créetelo. Existe una manera saludable de comer pizza. La pizza es una de las comidas más tradicionales, pero también una de las primeras que eliminamos totalmente de nuestra alimentación si realizamos alguna dieta para adelgazar. No comerla nunca más no es la solución, lo importante es comerla de forma saludable. Para ello has de saber elegirla, controlar la cantidad, la calidad y elegir un buen momento para comerla y disfrutarla en compañía.
A pesar de ser un plato típico italiano, la pizza es una de las comidas favoritas del papa Francisco que le recuerda a Buenos Aires. En el libro “En la mesa con Francisco”, de Alberto Alborghetti publicado en 2018, dice que una de las cosas que extraña es ir a una pizzería a comer una buena pizza y que esta nostalgia no esta relacionada con la necesidad de alimentarse, sino con el hecho de que “es bueno disfrutar de una margarita o unas cuatro estaciones, juntos, con los demás”.
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Y tiene toda la razón, la pizza es una de esas comidas que difícilmente uno la come solo, por el contrario, la come en familia o con amigos. Es un plato sencillo, que requiere de pocos ingredientes para realizarla, pero es una de esas preparaciones que mueve montañas, que une.
Un ejemplo de ello fue la invitación a 1500 personas necesitadas a participar de un gran banquete a base de pizzas en el Vaticano, junto a la basílica de San Pedro. Fue el 4 de setiembre de 2016 con la canonización de la Santa Madre Teresa de Calcuta.
Pues sí, lo importante es comerla en compañía, compartir el momento de elaborarla con los más pequeños de la casa, o porque no con los amigos. De esta manera uno conoce los ingredientes que eligió (sí son de buena calidad), también se estima cuantas elaborar en relación al número de comensales, y se controla más la cantidad que se come, en conclusión, uno come con conciencia.
Les dejo la receta favorita de Bergolio:
Pizza con mozarella y tomates amarillos.
Ingredientes:
- ½ kg de harina fina o de repostería
- 16 gramos de levadura de cerveza
- 250 ml de agua templada
- 1 cucharadita de azúcar
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharaditas de sal
- 200 gramos de puré de tomate
- 300 gramos de muzzarella de búfala
- 250 gramos de tomates cherry amarillos
- Orégano seco a gusto
Preparación:
Diluir la levadura en agua templada. Añadir una cucharadita de azúcar y las 4 cucharadas de aceite de oliva. Mezclar con energía con una cuchara de madera y dejar reposar unos minutos.
Mientras, formar un volcán con la harina tamizada sobre la superficie de trabajo. Añade en el centro de la preparación la base de levadura y la sal. Trabajar los ingredientes con un tenedor, amasar a continuación con las manos y formar una bola lisa y elástica. Dividir la masa en 4 partes, enharinarla y dejar que fermente, cubierta con un paño, hasta que doble el tamaño (serán necesarias unas 2 horas).
Untar con aceite 4 bandejas de horno (o hacerlo 4 veces) para hornear de 22 cm de diámetro y extiende la masa en ellas. Repartir el puré de tomate sobre las pizzas y esparce la mozzarella, y los tomates cherry cortados a la mitad (previamente sazonados con aceite de oliva y sal). Condimentar con orégano y un chorrito de aceite de oliva y hornear a 200 grados C durante 15 minutos. Retirar del horno y decorar con unas hojas de albahaca. Servir caliente.
Receta del libro: En la mesa con Francisco, los alimentos y las recetas en la vida del Papa. De Roberto Alborghetti. Página 136.
Otras preparaciones
Uno también puede innovar, probar distintos sabores y hacerla hasta más saludable como por ejemplo:
Pizza de espinacas, se necesitan 10 hojas de espinaca que se ponen en la licuadora junto a una 1 taza de agua tibia, un chorrito de aceite de oliva, 10 gramos de levadura, una pizca de azúcar y la espinaca. Luego se hace un hueco en el centro con la harina que puede ser integral (500 gramos) y ½ cucharadita sal, y se agrega el líquido en el centro, se mezcla y se va formando la masa. La salsa se puede usar la misma de la pizza común.
Se pueden hacer otras sustituciones como cambiar la harina refinada por harina integral, el queso muzzarella por queso magro con o sin sal, la salsa comprada por casera, el aceite de oliva por rocío vegetal, preparar la masa sin sal. Agregarle vegetales como espárragos, zucchini, cebolla, brócoli, hierbas aromáticas como curry, orégano, cúrcuma. Con estas modificaciones podemos estar reduciendo alrededor de 110 calorías pero lo más importante estamos mejorando la calidad de la preparación.
Pizza con harina integral: 1 taza de harina integral, 1 cucharada de bicarbonato sódico, un poco de sal, 1 y ½ cucharadas de aceite de oliva y 1 taza agua.
Pizza con masa de avena: 1 taza de avena laminada, 3 claras de huevo, 1/4 taza de leche de almendra o cualquier otro tipo, 1/4 cucharadita de sal y 1/4 cucharadita de levadura en polvo. Se pone en papel vegetal en horno precalentado por unos minutos y se le da vuelta para agregar la salsa y demás ingredientes.
Ahora solo falta poner las manos en la masa, elegir el momento y compartir esta deliciosa pizza con los seres queridos.