La crisis a la que se enfrenta la Iglesia católica en Estados Unidos ha motivado diversas respuestas –saludables casi todas—de parte de obispos y parroquias para enderezar la barca de Pedro que peregrina, a veces con avisos de naufragio, en el país del norte; por cierto, el cuarto país con mayor número de católicos del mundo.
Iniciar proceso de curación de las víctimas
Por lo pronto, la Diócesis de Fort Wayne-South Bend (Indiana) publicó el martes 18 de septiembre los nombres de los sacerdotes y diáconos que han sido acusados, creíblemente, de abuso sexual de un menor.
Durante una conferencia de prensa en la que hizo el anuncio de dar a conocer los nombres, el obispo Kevin C. Rhoades (quien recientemente fue exonerado de las acusaciones que pesaban en su contra por supuestos abusos en Pensilvania) afirmó que la importancia de la publicación es que las víctimas vean que los nombres de sus abusadores se hacen públicos.
Se trata, dijo el prelado, “de que todos sepan el dolor causado por estos sacerdotes. Espero que al liberar estos nombres, las víctimas inocentes de estos horribles y desgarradores crímenes, finalmente puedan comenzar el proceso de curación”.
El obispo Rhoades reiteró el compromiso de la diócesis de de Fort Wayne-South Bend de proteger a los niños y s los jóvenes: “Debemos estar atentos en nuestros esfuerzos para proteger a nuestros niños y jóvenes. Con la guía y el amor del Señor, lo haremos”, señaló en su conferencia de prensa.
Una lista asistida por los laicos
La lista de los creíblemente acusados, se desarrolló con la asistencia de la Junta de Revisión Diocesana que se estableció para ayudar al obispo a cumplir con los requisitos de la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes y las Normas Esenciales emitidas por el episcopado estadounidense a partir de la crisis de abusos desatada en la arquidiócesis de Boston en 2002.
La Junta de Revisión Diocesana está compuesta principalmente de laicos, y sus miembros evalúan todas las acusaciones de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes y diáconos presentados en esta diócesis. En la determinación de la credibilidad para el propósito de la lista, el obispo Rhoades siguió las recomendaciones de la Junta de Revisión Diocesana.
La lista de los nombres de sacerdotes y diáconos que han servido en la Diócesis de Fort Wayne-South Bend y han sido acusados de manera creíble de al menos un acto de abuso sexual de un menor es la siguiente: James Blume; Michael Buescher; Brian Carsten; William Ehrman; William Gieranowski; John Gillig; Gabriel Hernández; Edward Krason; Paul LeBrun, CSC; Thomas Lombardi; Robert Mahoney; Eldon Miller; Edward O. Paquette; Cornelius Ryan, CSC; James Seculoff; Richard Stieglitz; Richard Thompson; y James Trepanier, CSC.
De estos, siete han muerto. De los que están vivos, ocho han sido expulsados del estado clerical, dos son padres de la Santa Cruz cuyas facultades para el ministerio en la Diócesis de Fort Wayne-South Bend han sido removidas, y uno ha sido removido del ministerio público.
Uno fue ordenado en la década de 1920, uno en la década de 1940, cinco en la década de 1950, tres en la década de 1960, cinco en la década de 1970, dos en la década de 1980 y uno en la década de 2000.
¿Cómo se determina una acusación “creíble”?
Una “acusación creíble” contra un sacerdote o diácono de la diócesis de Fort Wayne-South Bend es una acusación que, después de una investigación exhaustiva y una revisión de la información disponible, aparece como “más probable que no probable” en el juicio de la Junta de Revisión Diocesana.
Posteriormente, es aceptada como creíble por el obispo. Además, si el acusado es o fue miembro de una congregación religiosa, la credibilidad de una acusación es determinada por la congregación religiosa a la que pertenece el sacerdote acusado.
En la lista hecha pública, se anota la cantidad de acusaciones creíbles recibidas contra cada sacerdote o diácono. Se anota la fecha de ordenación para cada sacerdote y diácono nombrado en la lista. Se anotan los cambios en el estado clerical de cada sacerdote y diácono, incluidas las fechas de los cambios. Si el acusado ha fallecido, se anota su fecha de fallecimiento.
Esta lista se complementará según corresponda con base en cualquier determinación futura de acusaciones creíbles.
En la declaración que precede a la publicación de la lista, la diócesis de Fort Wayne-South Bend subraya su firme compromiso “de investigar cualquier acusación de abuso sexual por parte de un miembro del clero y de escuchar y apoyar a cualquier persona que haya sido abusada”.
Y pone a disposición del público el nombre de Mary Glowaski, coordinadora de asistencia a víctimas (mglowaski@diocesefwsb.org) y los teléfonos tanto de de la propia Glowaski o del padre Mark Gurtner, JCL, vicario general diocesano.
Un paso es un paso. Y, seguramente, será imitado por otras diócesis en Estados Unidos. Y, ¿por qué no? en muchos otros lugares del mundo católico, ahora avasallados por los medios y acusados de ocultar los abusos para “mantener el prestigio de la Iglesia católica”.
Con información de Today’s Catholic, publicación de la diócesis de Fort Wayne-South Bend
Hoy celebramos a...