Así como la paz es más que la ausencia de guerra, la fidelidad es más que la falta de infidelidadLa fidelidad es un poco como nuestra vida moral en general. Podríamos pensar que somos buenos porque no hemos hecho nada malo: “Yo no he matado a nadie ni he robado nada”. Sin duda, es un paso en la dirección correcta, pero no es suficiente para construir una sociedad.
Del mismo modo, podríamos pensar: “Soy fiel a mi cónyuge porque no tengo amantes ni relaciones extraconyugales”. Pero pensar de esta manera es considerar la fidelidad simplemente como la ausencia de infidelidad. Sin embargo, este tipo de fidelidad no es suficiente para crear una relación, sino que se limita a evitar causar daño.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo puede la fidelidad contribuir a crear un vínculo profundo en el matrimonio?
La fidelidad significa mantener la palabra
Ser fiel significa ser digno o digna de confianza y cumplir con tu palabra. Si prometes hacer tal o cual actividad con tu cónyuge, no permitas que los vecinos, el trabajo o un amigo que acaba de llamarte o enviarte un mensaje de texto te desvíe de tu promesa.
El compromiso con el cónyuge tiene prioridad sobre otros intereses y compromisos. La confianza mutua se basa en acciones concretas que demuestran que pensamos en la pareja y nos respetamos mutuamente.
Otra forma de favorecer la fidelidad mutua es acordar que todas las decisiones importantes se tomen juntos, marido y mujer. No con un amigo, con los padres o con un jefe. Si te piden que tomes una gran decisión cuando tu pareja no está allí, no dudes en decir: “Suena interesante, déjame hablar con mi marido al respecto” o “ya sabes, no puedo darte una respuesta ahora mismo, me gustaría preguntarle a mi esposa lo que piensa”.
Así se respeta y dignifica vuestra relación conyugal. De esta manera confirmas que es algo importante para ti y que tu esposo o esposa no es un mero espectador de tu vida, sino un compañero en vuestra vida juntos.
La fidelidad acepta las debilidades del otro
La lealtad también exige conocer a la pareja. Recordar, día tras día, cómo nuestra pareja reacciona ante el estrés, la fatiga, las situaciones conflictivas… ¿Tiende a encerrarse en sí misma? ¿Necesita tiempo? ¿Intentará analizar todo y encontrar una solución?
La fidelidad es especialmente importante cuando tú y tu cónyuge sois muy diferentes. En este caso, recuerda que sois personas diferentes, con diferentes formas de vivir las cosas. Recuerda que sus emociones le pertenecen a él (o a ella) y las tuyas a ti.
Uno de los dos puede estar triste, preocupado o enojado y el otro puede mostrar empatía, pero no necesariamente participar de ese mismo estado emocional. Mantener una cierta distancia emocional sana puede acercaros mucho, ya que da estabilidad a la relación y os ayuda a complementaros mutuamente.
Es fácil prometerse fidelidad cuando se está enamorado, sosteniendo a la pareja de la mano mientras contempláis las estrellas. La fidelidad adquiere todo su significado después del matrimonio, cuando te levantas cada mañana y ves los ojos de tu pareja llenos de legañas o cuando alguno pierde la paciencia y percibes los defectos de tu ser querido.
Reconocer la debilidad del otro exige que entendamos la fidelidad de otra manera. Nos invita a aceptar al otro tal y como es, sin querer intentar cambiarlo a toda costa.
La fidelidad significa fijar límites
La fidelidad es también respetar las heridas del pasado, que a veces se manifiestan en la vida matrimonial. También está en los intentos de uno por entender al otro cuando se manifiesta una debilidad. Fidelidad en este caso significa no utilizar en su contra lo que nuestro cónyuge nos confía: sus fracasos, sus miedos, sus errores, etc.
La fidelidad significa también establecer límites cuando el comportamiento de alguno de los dos puede destruir el matrimonio, la familia o al otro cónyuge, como puede ocurrir en casos de abuso o dependencia. Fidelidad significa preocuparse por el otro, por su bienestar y su dignidad, y hacer todo lo posible por su protección y la protección de los seres queridos.
La fidelidad crea un vínculo. Hace del matrimonio un refugio seguro y una casa construida sobre sólidos cimientos.
En términos concretos, significa que recordarás que tu esposa te encargó que compraras el pan, que no hablarás delante de otras personas sobre cómo el jefe de tu marido lo despidió, que no te burlarás de tu cónyuge delante de los amigos y que, si prometiste tomar un café con tu marido, no te irás de compras con tu madre.