Algunos niños entran en la escuela llenos muy contentos. Otros lo hacen entre grandes lagrimones.
Para los padres presenciar las lágrimas de su hijito puede ser desgarrador. Comenzar la escuela más bien tarde que pronto y realizar un periodo de adaptación bien diseñado e implementado son los dos factores que más pueden ayudar a prevenir los lloros, pero la realidad es que siempre hay niños para los que los primeros días de escuela son un poco más difíciles.
Siempre me gusta recordar que no hay obligatoreidad de escolarizar al niño hasta los 6 años y que en algunos casos puede que el niño simplemente no esté preparado. Existen otras opciones como quedarnos en casa, apoyarnos en los abuelos o buscar una “madre de día” siempre y cuando las circunstancias de la familia lo permitan, algo que por otra parte no suele ser habitual.
Sin embargo, también quiero decir que el hecho de que el niño llore el primer día no quiere decir que no esté preparado o que no pueda adaptarse con un pequeño esfuerzo por parte de padres, maestros y el propio niño permitiendo que disfrute de una manera muy positiva de la escuela en esta etapa de su desarrollo.
Muchos padres me preguntan en este punto…¿por qué Lucas llora y otros niños no? o lo que es lo mismo…
¿Por qué unos niños lloran y otros no?
Saber de antemano qué niños van a reaccionar mejor y qué niños van a reaccionar peor es casi imposible.
Algunos factores que hace que un niño se sienta abrumado ante la separación tienen que ver con:
- La edad del niño: cuanto más pequeño más probable es que experimente angustia ante la separación. La edad que va entre los 7-12 meses es especialmente difícil porque los niños experimentan a esa edad lo que conocemos como “angustia de separación”.
- El grado de introversión / extroversión: Por lo general los niños extrovertidos suelen percibir los entornos con otros niños como “ilusionantes”, mientras que los niños algo más introvertidos pueden percibir esos mismos entornos como abrumadores. Sin embargo ser introvertido no es una desventaja. Los niños introvertidos son mejores observadores, más creativos y reflexivos.
- La capacidad para adaptarse a los cambios. Algunos niños experimentan más dificultades para adaptarse a los cambios lo que puede ocurrir por sobreprotección o símplemente porque les cuesta más trabajo adaptarse a nuevos entornos.
- Lo apegado que esté el niño con los padres. En muchos casos los niños más apegados pueden experimentar más angustia los primeros días, aunque eso no quiere decir que los niños que no lloran no estén apegados, ni que estar más apegado sea una desventaja para la adaptación escolar. En realidad sabemos que los niños que han creado un buen vínculo con sus padres también lo desarrollan con sus profesores y compañeros.
¿Cómo podemos ayudar al niño a adaptarse más rápido?
Si tu hijo se encuentra entre los que lloró el primer día y temes que pueda volver a repetirse presta atención porque estas pautas os pueden ayudar a manejar la situación.
La verdad es que no es fácil dejar a un niño llorando en una clase nueva, con unos compañeros nuevos y con un profe nuevo. Siempre os recomiendo que habléis con los profes en estos primeros días para ver si el nivel de angustia es “relativamente normal” y si ven progresos a medida que pasan los días.
En la mayoría de los casos los niños se adaptan en pocos días y comienzan a disfrutar de sus nuevos compañeros y maestros. En algunos pocos casos la adaptación es muy larga y costosa y puede ser recomendable hablar con el orientador o con un psicólogo infantil que nos ayude a valorar si el niño todavía no está preparado o si hay algunas estrategias más concretas que le puedan ayudar.
Espero que este post te haya gustado, pero sobre todo que lo que has podido leer aquí te ayude a tí y a tu pequeñajo a superar los llantos durante los próximos días!
Este artículo de Álvaro Bilbao fue publicado originalmente en su blog “El cerebro del niño“