Los profesores voluntarios que colaboran enTaekwondo Solidario creen que las artes marciales provocan un gran bien en la formación de los chicos pues les alejan de las drogas y de los malos hábitos.
Luego de retirarse como campeona mundial, una de las profesoras tuvo la experiencia de dar una clase para 40 chicos que practicaban en un club muy antiguo y frío, sin ventanas, con un piso de carpeta que les lijaba los pies y sin equipos o indumentaria apropiada.
Cuando se encontró con esta realidad y el gran esfuerzo que hacían los chicos, pensó que no sólo había que ayudarles a mejorar las condiciones donde practicaban el deporte sino que necesitaban hacer algo para que más chicos puedan tener la posibilidad de hacerlo.
Poco a poco fue convocando a otros colegas a través de las redes y hoy cuentan con un equipo de profesores que ayudan a más de decenas de chicos en distintos lugares del país, sobre todo en la provincia de Buenos Aires y en las provincias de Santiago del Estero, Entre Ríos y Santa Fe.
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