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Uno de cada nueve seres humanos que habitamos este planeta pasó hambre en 2017. Ya son 821 millones de personas en el mundo que, el año pasado, sufrieron este flagelo. Nada autoriza a decir que en este 2018, podrían ser menos. De cualquier forma, es un escándalo.
El nuevo informe sobre “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2018” dado a conocer esta semana en Roma por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) no puede ser más sombrío: los últimos datos indican que el número de personas que padecen hambre en el mundo continúa en aumento.
Aunado al lento avance en detener el hambre en el planeta, tampoco se están logrando avances, o en todo caso, son avances muy limitados frente a las múltiples formas de malnutrición, que van desde el retraso del crecimiento infantil hasta la obesidad adulta, amenazando la salud de cientos de millones de personas.
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