El cambio climático y la acción del hombre se están haciendo sentir cada vez más y el planeta nos pide cambiar. En su encíclica Laudato sí, el papa Francisco habla educar nuestra responsabilidad ambiental. Esto puede hacerse evitando el uso de plásticos; separando los residuos; reduciendo el consumo de agua; plantando árboles; haciendo una huerta en casa; cocinando solo lo necesario; recogiendo la basura que encontremos en bosques y playas; etcétera.
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Una vida al estilo Laudato si’
Sabemos que los océanos pueden cubrir una parte muy importante de las necesidades nutricionales de la humanidad dado que la pesca es la principal fuente de proteínas para millones de personas. Para continuar así es fundamental que apostemos todos por conservar nuestros mares.
Son muchas las alarmas. En Aleteia ya hemos hablado de las islas de basura que tanto daño hacen a los océanos. Otra alarma se encuentra en uno de los tesoros oceánicos: los kelps, algas marinas Laminariales, cuyos bosques son fundamentales para la biodiversidad marina. Por desgracia casi el 40% de estos ecosistemas están muy deteriorados.
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Ante la degradación de los océanos, gran parte del sector pesquero se ha puesto manos a la obra y apuesta por un desarrollo sostenible que permita incrementar la disponibilidad de alimentos de alto valor nutricional y desarrollar una actividad beneficiosa también para el mar.
De ahí el aumento de proyectos a favor de la sosteniblidad del planeta como la piscicultura sostenible, los cultivos hidropónicos y otras innovadoras propuestas como las granjas marinas o la acuicultura multitrófica integrada.
A continuación te presentamos algunas:
La esfera submarina Aquapod
Steve Page, fundador de Ocean Farm Technologies, creó una esfera de paneles triangulares, fabricada con materiales reciclados (de plástico de polietileno y reforzada con fibra de vidrio) que sirve de red, no para la pesca, sino para la crianza. En ella se pueden alimentar los peces sin peligro de ser contaminados.
Es una forma de acuicultura multitrófica integrada en la que se crían y cultivan múltiples especies de animales y algas y los deshechos biológicos producidos por los mismos retroalimentan el ecosistema, ya sea como alimento o como fertilizante de otras especies.
El proyecto Velella
Kampachi Farms ha implementado en el Golfo de México un proyecto de acuicultura en mar abierto basado en cápsulas sumergibles donde se crían especies de manera controlada.
El jardín de Nemo
Cuando hablamos de agricultura o de granjas pensamos en animales, en extensiones de tierra… Pero este proyecto poco tiene que ver con trabajar la tierra. El sistema de agricultura subacuática creado por Sergio Gamberini e implantado en la Bahía de Noli (Italia). Se trata de un ecosistema cerrado dentro de una biosfera, donde se crían bajo el agua plantas comestibles como tomate, judías y otros frutos. No usan pesticidas y no provoca ningún tipo de perturbación al ecosistema marino.
Crecen mejor y más rápido por la presión que ejerce el agua sobre cada una de las granjas, y además el sabor y los nutrientes se encuentran más concentrados.
En casa también podemos hacer una granja bajo en el agua
Aquellos que tengan un patio o terraza y les guste la idea de una huerta hidropónica (con agua y sin tierra) pueden hacer una pequeña en casa. Es una forma de cultivo en el que el agua nutre a las plantas al proporcionarles los minerales necesarios para su óptimo crecimiento.
Como ya hemos dicho anteriormente, este sistema no necesita pesticidas. Puedes emplear cajas de madera y vasos o botellas de plástico recicladas para cultivar unos tomates de lo más especiales.
Observa cómo se logra en este vídeo:
También puedes encontrar aquí más información
Te invito a ser un cristiano activo en esta causa, a hacer una conversión profunda interior para cuidar nuestra casa común. Piensa de qué manera puedes ayudar, sí haciendo una huerta en casa, o impulsando una en el trabajo o en el colegio, mejorando la selección de los alimentos que compras o aquello que te venga mejor y se adapte a tus tiempos.
Hoy celebramos a...