Si no tuviéramos bastante con olvidar a menudo la diferencia entre una catedral, una iglesia y una basílica, ¡ahora oímos hablar de “pro-catedral” y de “concatedral”! Que no cunda el pánico, la distinción es muy simple.
Para refrescarnos la memoria, una catedral es una iglesia reconocida por la Santa Sede como la iglesia principal de una diócesis.
Ahí es donde se encuentra la sede (y el “asiento”, literalmente, del obispo), que se denomina “cátedra”, de ahí el nombre de “catedral”.
Sin embargo, en algunos lugares hay una iglesia con una cátedra, sin ser la sede de una diócesis. Se trata entonces de una “concatedral”, que no es una nueva marca de refrescos, sino una “catedral con”.
Esto puede suceder cuando se construye una nueva catedral, haciendo que la antigua pierda su estatus de sede de la diócesis, pero no su cátedra: se convierte así en una concatedral.
Y una procatedral, ¿qué es?
A veces la catedral del lugar puede no estar disponible debido a obras. En este caso, otra iglesia es designada para servir como catedral temporal: es una “pro-catedral”.
En el Dublín, la situación es un poco más complicada. En esta ciudad irlandesa, no ha habido una catedral católica desde el cisma anglicano.
En 1536, la Iglesia anglicana de Irlanda se apropió de la catedral de Christ Church de la ciudad y la religión católica fue prohibida hasta 1871.
La actual procatedral fue erigida en 1825, tras la relajación de las leyes penales irlandesas contra el catolicismo.
Permanecerá como procatedral hasta que se construya una nueva catedral (varios intentos fallidos tuvieron lugar durante el siglo XX) o hasta que la Iglesia anglicana de Irlanda devuelva la catedral de Christ Church a la Iglesia católica.
También se puede imaginar que algún día la procatedral será elevada al rango de catedral, cosa que parece más probable.
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