Hoy religioso y sacerdote, Philip Mulryne dejó el futbol profesional en 2009 después de una sonada vuelta a la feEn el segundo día del Encuentro Mundial de las Familias en Dublín, una de las sesiones se tituló “Celebrando el deporte y la familia”, dirigida por Paul Tighe, secretario del Consejo Pontificio de la Cultura.
La sesión se centró en destacar la integración exitosa de la fe con el deporte y, entre los oradores, estuvo la antigua estrella del fútbol del Manchester United, el ahora fraile y sacerdote fray Philip Mulryne.
Fray Mulryne jugó al fútbol profesional de 1996 a 2008, tiempo durante el cual tuvo mucho éxito. Según Mulryne, “cuando me mudé a Manchester, dejé atrás mi fe y me sumergí en este mundo de materialismo y celebridad… y me perdí en él”. Compró coches y casas, dijo Mulryne, “pensando que me harían feliz”.
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A lo largo de su carrera hubo varias señales que le empujaron poco a poco de vuelta a la práctica de su fe católica.
Por ejemplo, mientras viajaba por Europa, un compañero de equipo propuso que fueran juntos a misa y tuvieron que viajar muchos kilómetros para encontrar una iglesia católica.
Fue un gran sacrificio que tuvo un profundo efecto en él. Este y otros momentos de inspiración lentamente comenzaron a influir en él, volviendo su corazón hacia Dios.
Luego, en 2007 y 2008, Mulryne comenzó a sentir un enorme agujero en su vida, reconociendo que estas cosas materiales no lo satisfacían. Mientras tanto, su hermana comenzó a enviarle libros católicos y le animó a practicar su fe.
En 2009, Mulryne decidió volver a casa, con la intención de volver al mundo del fútbol profesional. Sin embargo, su hermana le ayudó a descubrir su fe de nuevo.
Mulryne comenzó a asistir a misa todos los domingos y desarrolló una vida de oración. En medio de todo esto, comenzó a reconocer que Dios podía estar llamándole a ser sacerdote.
Entonces renunció a sus sueños de regresar al fútbol y comenzó a estudiar para el sacerdocio. Inicialmente tuvo la intención de convertirse en sacerdote diocesano, pero luego se pasó a los dominicos irlandeses. Después de varios años de formación, Mulryne fue ordenado sacerdote el 10 de julio de 2017.
Al concluir la sesión, el padre Mulryne dio poderosos consejos sobre cómo integrar la familia, la fe y los deportes.
En palabras de Mulryne: “Para mí, se trata de tener tu vida organizada y todo ordenado junto. Y cuando tienes la fe, la familia y la vida deportiva ordenadas (…) la resiliencia está ahí para hacer frente a cualquier crisis en la vida (…), si solo te preocupas por el éxito y los deportes, entonces tu vida está desequilibrada”.
La clave es mantener todo ordenado adecuadamente, asegurándonos de que no nos dejamos descarriar por las tentaciones del mundo y con ello descuidar la fe o la familia.